Gutiérrez Aragón afirma que los directores de cine ya son verdaderos autores

"La Sociedad General de Autores es, por tradición, una institución de músicos y dramaturgos. Los cineastas hemos sido los últimos en llegar, pero ahora ya hemos alcanzado aquí el protagonismo que tenemos en la sociedad". El director y guionista Manuel Gutiérrez Aragón es desde el lunes por la noche el nuevo presidente de la SGAE, una sociedad gestora de derechos derivados de la creación artística que el año pasado repartió más de 18.000 millones de pesetas entre sus casi 40.000 socios. "En la SGAE cada peseta que entra tiene nombre y apellido", subraya el nuevo presidente, que, entre otros proyectos profesionales, quiere participar directamente en la próxima creación de una escuela de cine en Madrid. "Entre nuestras funciones está la de formar autores, que es una forma de crear nuevos socios", afirma el cineasta.

Gutierrez Aragón, consejero de la SGAE desde abril de 1989, subraya una y otra vez que la tarea del presidente de esta sociedad gestora es sobre todo representativa; que él será presidente de "todos" los socios; y que su nuevo cargo no va a interferirse en su carrera cinematográfica. "No pienso abandonar mi trabajo de director", dice el cineasta, nacido en Torrelavega (Cantabria) hace 51 años, y que levanta los hombros cuando una referencia al emjambre económico de la SGAE sale a relucir."La SGAE está claramente diferenciada en dos grupos: uno de directivos encargados de la gestión, entre los que no puede haber ningún socio; y otra de cargos representativos formado por socios, que son autores en ejercicio. La SGAE no está para convertir en funcionarios a los autores, sino para permitir que trabajen mejor. Cada uno cumple su función y cuando los músicos y dramaturgos formaron esta sociedad no fue para convertirse en burócratas", afirma el cineasta, que se interesó por vez primera en esta entidad gestora, fundada en 1899, cuando descubrió que él era uno de los cineastas españoles que más dinero recaudaba por derechos cinematográficos.

"La esfera de recaudación de músicos, dramaturgos y cineastas no se interfiere. Para los músicos y dramaturgos los derechos de autor son su sueldo, para los cineastas es una ganancia", añade Aragón, cuyo principal interés a la hora de hacerse cargo de la presidencia es la posibilidad de promocionar a los autores frente a la fuerte competencia extranjera. "Desde la presidencia, lo que más me interesa es la promoción de la obra de los socios de la SGAE y la formación de futuros autores", dice el director de Maravillas, Demonios en el jardín y La mitad del cielo, entre otros filmes.

Escuela de cine

"El proyecto de participar en la creación de una escuela de cine ya está en marcha. Cuando la SGAE emplea su dinero en una escuela cinematográfica, o en otra de teatro, lo está haciendo en su propio beneficio porque está invirtiendo en la formación de futuros autores, es decir de futuros socios", explica el cineasta, quien señala que esta sociedad contó el año pasado con 800 millones de pesetas en gastos de promoción.Entre las actividades que el nuevo presidente pone como ejemplo a seguir están algunas de las que ya comenzaron el año pasado, como la publicación de las obras de teatro estrenadas y los guiones realizados en 1992, la formación de la escuela de guionista de Valencia -en colaboración con la Filmoteca de la Generalitat Valenciana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo- y un ciclo de teatro español en América. "Esto es lo más desconocido de la SGAE, pero que a mi es lo que más me interesa, porque además es en lo único en lo que se puede participar de una manera activa".

"La promoción de creadores españoles e hispanoamericanos es amplia. Se ha emprendido una tarea de difusión de música española en EE UU, y de autores teatrales en la America de habla hispana. Este año habrá una gran muestra de cine español en Nueva York", continúa el cineasta, único candidato a la elección y que fue votado por la mayoría de los 35 miembros del Consejo de Administración de la SGAE, cuya sede está en el Palacio de Longoria, edificio modernista situado en la calle Fernando VI de Madrid. "Espero no pasar demasiadas horas en mi nuevo despacho", dice el cineasta, que quiere rodar una película de aquí a un año y que señala orgulloso: "Esta es la primera Sociedad de Autores europea que elige presidente a un cineasta".