La imaginación
Del breviario del ministro Pedro Solbes hay una pequeña frase, dirigida contra cierta idea de continuismo, que merece subrayar: "Vamos a intentar, con imaginación, resolver los problemas que tenemos". El ministro de Economía y Hacienda ha estado trabajando estos días en dos frentes: el nombramiento de los secretarios de Estado de Economía y de Hacienda, por una parte, y el lanzamiento de un decreto-ley de medidas económicas urgentes. En el primer campo, Solbes ha manifestado su deseo de renovar lo más posible el equipo de colaboradores. Eso significa aprovechar el deseo firme del secretario de Economía, Pedro Pérez, de abandonar su puesto, para nombrar a otra persona en el cargo; en cuanto a Hacienda, se trataba de sustituir a Toni Zabalza.La secretaría de Economía no parece presentar problema alguno para que Solbes sitúe a una persona de su cuerda. Una de ellas puede ser la entusiasta Soledad Abad Rico, actual presidenta de la Compañía Española de Seguro y Crédito a la Exportación (CESCE), técnica comercial del Estado, con experiencia en temas macroeconómicos y que mantiene sintonía con Solbes desde antaño. Preguntada ayer por la posibilidad, Abad Rico dijo que no sabía nada al respecto. Más movedizo parecía presentarse el terreno de la secretaría de Hacienda. No es un secreto para nadie que Zabalza tiene una estrecha amistad con el vicepresidente y, ahora, presidente de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, Narcís Serra. Serra no había, en un principio, encajado del todo la posibilidad de despedir a su amigo de Hacienda, pero Solbes estima que, simplemente, es, el momento para sustituir a un hombre quemado por otro fresco. A estas horas, Serra ya no parece poner obstáculos al cambio.
Mientras, en el ministerio de Industria, Juanma Eguiagaray ha confirmado personalmente a Javier Salas, presidente del Instituto Nacional de Industria (INI). En las últimas semanas, Salas consideraba su salida como un hecho, pero hete aquí que el nuevo ministro, que se ha trasladado a su departamento con dos propios, como es el caso de Juan Ignacio Moltó, nuevo secretario de Industria, y Juan Carlos Girbau, subsecretario de Industria, se inclina por la continuidad. La permanencia de José Alejandro Pina como director de gabinete del ministro dictada automáticamente por razones de mecánica administrativa, es una prueba en la citada dirección.
Pero la imaginación tiene su banco de pruebas en las medidas económicas. Solbes está abocado a presentar un decreto-ley como prólogo a las negociaciones del pacto social por el empleo. Dicho paquete puede incluir algunas decisiones, más bien simbólicas, para recortar el gasto público en 1993, una reducción de déficit en 1994, ciertas medidas, de transparencia en la formación de precios y una propuesta de reforma estructural de los mercados. El nuevo ministro dijo que no hay margen para reducir el déficit mediante una subida de impuestos. Los solbeólogos matizan, ahora, que el ministro no se refería a los impuestos indirectos y que serán inevitables aumentos en tabaco, alcohol, gasolinas y, bien sûr, IVA.
La nueva comisión delegada se estrena hoy entre la prudencia de Solbes y la toma de posiciones por parte de los ministros de Trabajo, José Antonio Griñán, y de presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el sentido de que las prestaciones sociales (65% del gasto si se incluye sanidad y educación) no sufrirán poda alguna. Antes de que prosiga el baile de declaraciones, con más protagonistas en la escena, el ministro de Economía y Hacienda debería explicar a la opinión pública, después de informar al consejo de ministros, la política económica del nuevo Gobierno.
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