25 años de seres alados y sagrados
'Litoral' cumple un cuarto de siglo y rinde homenaje a Alberti
La mejor manera que ha encontrado José María Amado de celebrar el milagro de que Litoral haya cumplido 25 años ha sido publicar en 100 páginas la intensa correspondencia mantenida durante todos estos años con Rafael Alberti, un poeta símbolo de lo que significa esta revista de poesía: la recuperación, a partir de 1968, de la Generación del 27. Y una clarificación que hoy parece inaudita: el 27 estuvo sobre todo en el exilio. Hace 25 años la propaganda de la dictadura hacía lo posible por disimularlo."El poeta es una cosa ligera, alada, sagrada, que no está en posesión de crear sino después de ser inspirado por un dios y de dejar de ser dueño de su razón", citaba a Platón Litoral en el número de sus 20 años, en lo que era una declaración de principios y también la formulación de una esperanza. A partir de 1968, Litoral se dedicó a 11 aclarar el 27", pues, según Amado, por entonces aún se decía que el 27 estaba formado fundamentalmente por Dámaso Alonso, Gerardo Diego y, eventualmente, Vicente Aleixandre, pero se prescindía de la memoria de José Bergamín o Rafael Alberti -dos pilares en la historia de Litoral-, de León Felipe, Pedro Garfias o Miguel Hernández.
Tras la refundación, en 1,968, de Litoral (creada en 1926 por Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, y continuada un poco en México a partir de 1944), Amado buscó la colaboración de algunos de los supervivientes, y algunos, como Alberti, se la dieron de forma entusiasta desde el exilio.
Así lo prueba este número de Litoral, construido con una correspondencia intensa entre un poeta y un editor suficientemente visionario como para emprender la azarosa experiencia, en el declive del franquismo, de una revista de poesía en la costa malagueña. Cierto día la censura tachó tres versos de Alberti y éste se enfadó tanto que amenazó con retirar todos sus poemas; la revista ya estaba compuesta y se trataba de un número casi monográfico. Mas la amenaza hubiese supuesto un gran perjuicio para Amado; Alberti le envió otros tres versos para llenar el blanco.
"Te saludan los ángeles, Victoria, / luna de los balcones. / Si estás dormida, despierta. / Que son las 12". Ése fue el primer contacto con Alberti de José María Amado cuando era niño: Victoria Amado, su hermana, que por aquel entonces debía de tener unos 18 años y que conservó los billetes de autobús, entradas para el cine, cartas y versos escritos con fiebre en cualquier esquina.
Alberti no sólo componía para Victorita: "Frío, frío, frío, Victorita, y yo me río", dice una luna carcajeándose. También le copiaba los versos famosos de otros poetas: "Quand vous serez bien vieille, au soir á la chandelle..." (Ronsard); "Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar..." (Bécquer); o "Tú que entre las verdes hojas andas alegre y murmuras..." (un poeta anónimo del siglo XV).
"Querido Equis"
De 1927 data el último de estos poemas, titulado Fin: "Tú. Yo. Luna. Al estanque. / Brazos verdes y sombras / te apretaban el talle. / Recuerda. No recuerdo. / ¡Ah, sí! Pasaba un traje / deshabitado, hueco, / cal muerta, entre los árboles. / Yo seguía... Dos voces / me dijeron que a nadie".El número incorpora también ejemplares de la correspondencia entre Alberti y José Bergamín, y que se llamaban mutuamente Equis. "Querido Equis: llueve y hace frío / en esta Roma que se desbernina / de rincón a rincón, de esquina a esquina / y que cada mañana / sufre el gran desvarío / de la eterna estultez democristiana", le escribe Alberti, cuando dudaba de si regresar a España o quedarse en Roma. Y Bergamín: "X amigo, aquí la primavera / se ha vuelto, al parecer, helado invierno, / o, como si lo fuera, / con lluvias y con vientos heladores, / que apagan los ardores /de este español infierno, / cada vez más oscuro y más eterno...". La labor está cumplida, piensa Amado: la Generación del 27 ha sido suficientemente clarificada y, con números sobre poesía árabe, o los 500 años de poesía en español en 1992, o poesía catalana, la revista, diseñada por Lorenzo Saval, yerno de Amado y sobrino nieto de Emilio Prados, se va orientando hacia temas más internacionales. También hacia los jóvenes.
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