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La CE quiere preservar la cultura europea en la negociación de la Ronda Uruguay del GATT

El comisario Pinheiro dice que "el producto audiovisual es más que un simple servicio"

Lluís Bassets

La CE no va a transigir con Estados Unidos en el último tramo de la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), en lo que se refiere a la liberalización del mercado de los productos culturales, audiovisuales principalmente. El comisario de Cultura y Medios de Comunicación, el ex ministro de Exteriores portugués Joao de Deus Pinheiro, así lo ha declarado a este periódico, mientras en Tokio la reunión de ministros de Comercio de Estados Unidos, Japón, Canadá y CE (Quad) cerraba un amplio acuerdo de abatimiento de barreras tarifarias y no tarifarias en nueve sectores comerciales, entre los que no está ni hay visos de que esté el sector audiovisual.

"Es una necesidad absoluta tomar posiciones muy claras respecto a los aspectos culturales del GATT. El 80% de los filmes y telefilmes de ficción que vemos los europeos es norteamericano. No se trata sólo de una cuestión económica, sino también de identidad cultural", asegura el comisario. El punto D del acuerdo de Tokio expresa muy claramente los escasos avances realizados en este terreno: "En lo que respecta a servicios audiovisuales, continuaremos trabajando hacia soluciones satisfactorias para todos los aspectos de este sector".Mientras Estados Unidos quiere que se considere la producción cultural como una rama más de los servicios, los europeos aseguran, en palabras de Pinheiro, que "los audiovisuales son productos especiales, que comportan un interés de cada Estado miembro para preservar su ¡dentidad cultural, su historia, su lengua". "Le dije a Mickey Kantor [representante o embajador del Departamento de Comercio norteamericano] que la cultura no puede ser entendida como un mero servicio. En este terreno los estadounidenses no obtendrán ningún apoyo ni comprensión por parte de los europeos", explica.

Fuente de empleo futuro

Este punto de vista del comisario de Cultura es compartido por el comisario de Comercio Exterior de la CE, el británico Leon Brittan, que es conocido por su ferviente liberalismo y está considerado como uno de los artífices del desbloqueo de la Ronda Uruguay del GATT.

Dicha Ronda, o tanda de conversaciones multilaterales entre los más de cien países que participan en las negociaciones del GATT, terminó sin acuerdo en el mes de diciembre de 1990, principalmente a causa del contencioso agrario. Pero ahora, en cambio, la CE y Estados Unidos han obtenido un acuerdo agrario (al que no obstante se opone todavía Francia) y han conseguido avanzar a cuatro en un paquete de acceso a los mercados, paquete que fue trasladado el pasado lunes a Ginebra para su discusión por los 114 socios.

Todo parece engrasado para que la Ronda Uruguay empiece de nuevo a funcionar con el objetivo de su terminación en diciembre próximo. Pero esta vez, sin embargo, podría llegar a encallarse de nuevo en los debates sobre la cuestión de los productos audiovisuales, según asegura el comisario Pinheiro. "Los productos audiovisuales ocupan el segundo lugar entre los sectores de exportaciones norteamericanos", asegura. Esta cuestión le sugiere, además, algunas ideas para el Libro Blanco sobre la competitividad, el crecimiento y el empleo en Europa, libro que ha sido encargado por el Consejo Europeo a Jacques Delors para diciembre, con el objetivo de lanzar una gran ofensiva contra el paro.

"Si los europeos desarrolláramos sólo un poco más nuestras industrias culturales", concluye Joao de Deus Pinheiro, "podríamos crear muchísimos puestos de trabajo". Y añade: "Estos sectores emplean mano de obra intensiva. Que en este momento se ofrezcan posibilidades de trabajo a los guionistas, los directores, los decoradores, los actores, los fotógrafos, los técnicos y sus asistentes, significa un aumento de centenares de puestos de trabajo. En realidad, con que absorbiéramos tan sólo un 20% o un 30% de la producción audiovisual norteamericana que ahora consumimos, podríamos recuperar millares de empleos".

Cenicienta

La CE cuenta con escasa base legal para actuar. "Por ahora no tenemos ninguna competencia, y si se hace algo es a partir del artículo 235 del Tratado de Roma [que permite a los Estados decidir por unan¡midad sobre el mercado interior]. "Pero cuando el tratado de Maastricht entre en vigor habrá una acción comunitaria, aunque la política cultural siga siendo la que quieran los Estados y las regiones", añade.

Maastricht afirma, entre otras cosas, que la acción de la CE debe "conservar y salvaguardar del patrimonio cultural de importancia europea" y a garantizar "la creación artística, literaria y audiovisual". Aunque el procedimiento es por unanimidad, y con numerosas reservas para evitar que la CE se inmiscuya en los campos de acción de Estados y regiones, el texto da base para defender la producción cultural europea en el propio GATT.

"Jean Monnet [un padre fundador de la CE] tenía razón al decir que si hubiera que empezar de nuevo debería hacerse por la cultura, es decir, por las industrias culturales y los medios audiovisuales", dice el comisario. "En 1996, cuando se revise Maastricht, la cultura deberá ser un pilar autónomo más importante dentro de la CE. Una mayoría de Estados lo va a exigir. Hasta ahora la cultura ha sido la cenicienta y la tendencia debe invertirse".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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