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Arzalluz invita a la población vasca a buscar "casa por casa" al ingeniero rehén de ETA

Las formaciones políticas, sindicatos y patronales, del País Vasco interpretaron ayer, con práctica unanimidad, el secuestro del directivo de la empresa guipuzcoana Ikusi Julio Iglesias Zamora como un ataque directo a la economía y a la sociedad vascas. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, animó expresamente a la población a movilizarse para buscar al rehén "casa por casa y lonja por lonja". Un directivo de la empresa Ikusi informó de que la familia Iglesias no ha recibido amenazas ni ha sufrido el chantaje de ETA en los últimos años.

El Gobierno vasco, a través de una nota de la Consejería de Interior, emplazó a los mandatarios; de KAS (Coordinadora Abertzale Socialista), próxima a ETA, para que dé "una opinión clara" sobre estos hechos" y "su gravísima responsabilidad en la situación de crisis y paro que padecemos".Para la consejería, "la progresiva desindustrialización y el declive de este país" están siendo propiciados por la "intolerancia, cerrazón, cobardía, fanatismo y, en definitiva, nulo amor al país en nombre del cual justifican cualquier tropelía" de quienes apoyan a ETA.

Las referencias a la colaboración ciudadanas destacaron en la avalancha de comunicados y reacciones de condena emitidos en una jornada en la que los distintos cuerpos policiales pusieron en marcha un amplio dispositivo de búsqueda del comando Donosti de ETA.

"Deberíamos poner a todo el mundo a buscarlo [al rehén] lonja por lonja y casa por casa", dijo Arzalluz quien junto con el lehendakari, José Antonio Ardanza, acusaron a los dirigentes de KAS de ser los responsables del secuestro.

"Que no se apresuren a desmentirme porque no me refiero a la Mesa Nacional de HB, que son tan monaguillos como otros muchos. Me refiero", indicó Ardanza, "a la Mesa de KA.S". En un tono mordaz, Arzalluz aludió a KAS como la "Coordinadora Patriota Socialista para la Industrialización del País", que actúa "con fines patriotas, para crear empleo", informa Eva Larrauri. Ardanza agregó que este secuestro responde a "la situación. de emergencia económica que está pasando ETA, que necesitaba algo para sanear sus arcas".

"Son marcianos que viven fuera de la realidad de este país", señaló Arzalluz, antes de añadir que si ETA ha llevado a cabo ahora este secuestro es "porque no han podido hacerlo antes y andan sin un real".

Bajo los asientos del coche del secuestrado, un Reanult 21 localizado en Añorga, en la capital donostiarra, la Ertzaintza (policía autonómica) ha encontrado la documentación personal de Julio Iglesias, pero no su carné de identidad, detalle éste que refuerza la hipótesis de la autoría de ETA. En el vehículo, abandonado con las llaves puestas, el capó semiabierto y la luces encendidas, la policía encontró asimismo el envoltorio de un producto farmacéutico, posiblemente un somnífero, que está siendo analizado.

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Los testimonios de un taxista y de un compañero del secuestrado, que le vieron en distintos puntos del recorrido, permiten deducir que Iglesias Zamora fue seguido por el comando desde el momento en que salió de la fábrica del barrio de Martutene, a las 19.30 del lunes, y secuestrado en algún punto del camino. El secuestro, una acción que implica disponer de cierta infraestructura y de una red de enlaces, coincide, con un nuevo envío de cartas de extorsión en nombre de ETA a empresarios vascos. Tras definir a ETA como "la organización que atenta sistemáticamente contra los derechos humanos", Euskal Ezkerra señaló ayer que la banda "ha vuelto a poner de manifiesto una vez más su carácter mafioso" y ha mostrado "su receta ante el descenso de la actividad industrial".José María Vizcaíno, presidente de la patronal Confebask, subrayó "las importantes repercusiones negativas que este secuestro puede tener, en un momento", dijo, "en el que estamos haciendo un gran esfuerzo para salir de la crisis. Es un ataque", añadió, "a toda la sociedad vasca".

La Cámara de Comercio de Guipúzcoa subrayó que el secuestro socava la necesaria confianza inversora, ensombrece aún más el futuro y provoca, entre otros efectos, la destrucción de puestos de trabajo. Herri Batasuna indicó, por su parte, que "el secuestro del industrial guipuzcoano Julio Iglesias es una manifestación de un conflicto político ante el que no se ponen las medidas de resolución que son necesarias".

La familia Iglesias no ha recibido aún ningún mensaje de los secuestradores, según aseguró ayer el portavoz de la empresa, Armando Muñoz. "En los últimos años ni el presidente, Ángel Iglesias, ni ningún miembro de la familia habían recibido amenazas ni cartas, ni insinuaciones de extorsión", señaló. El comité de empresa de Ikusi ha exigido a los autores del secuestro la inmediata puesta en libertad de su compañero y el cese de estas acciones.

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