Mujeres arquitectos creen discriminatorio el diseño de las viviendas protegidas
Un grupo de mujeres arquitectos de Almería cree que la normativa que regula el diseño interior de las viviendas de protección oficial, aprobada en 1969, es discriminatoria respecto a la mujer pues margina los espacios donde ésta realiza las tareas domésticas, como la cocina o los lavaderos, que carecen de luz natural o soleamiento suficiente en favor del comedor o del dormitorio principal. Esta ha sido una de las ponencias presentadas en Granada en unas jornadas sobre el urbanismo y la mujer en la que ha quedado de manifiesto el escaso conocimiento que los arquitectos tienen sobre la funcionalidad que necesitan los espacios donde la mujer permanece durante más tiempo.Las arquitectos almerienses advierten que la normativa que establece la división de las viviendas protegidas fue pensada en una época "en que la mujer participaba escasamente de las decisiones legislativas y era menor su incorporación al mercado laboral, y mayor su dedicación a las tareas doniésticas". La citada normativa es, según la ponencia, "demasiado rígida en cuanto al reparto de superficies por usos, número de habitaciones en función de los metros totales de vivienda y programa de la misma".
La mala distribución fuerzan a que las familias usen los aseos como tendederos o almacén de comestibles, que las terrazas, debido a su escasa superficie, se incorporen a las habitaciones y que en los dormitorios no se pueda hacer otra función -como colocar armarios suficientes- que la de dormir.
El arquitecto Francisco Morales reconoció que en sus 17 años de experiencia profesional ha discriminado, como la mayoría de sus compañeros, espacios tan esenciales como la cocina, que son "las piezas menos consideradas en todo el proceso de creación ( ... ). Parece como si ese recinto, a menudo reducido, no permitiese lucimiento alguno profesional". Morales señaló que además la cocina, el arquitecto varón infravalora "por no vivir ni trabajar en ellos" la despensa y el lavadero. Según la teoría del arquitecto, la solución pasa por "meter a los hombres en los fogones".
Babelia
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