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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La idea y el objeto

Más allá, del modo como materialice finalmente sus piezas, la verdadera sustancia del trabajo de Álvaro Cruz Novillo ha sido siempre ole orden esencialmente mental. Sus raíces en la tradición del arte constructivo y concreto fijaban ya la importancia de esa vertiente especulativa, pero su evolución ha tendido a acentuar el interés por lo conceptual frente a lo formalista. Las dos series de trabajos recientes que Cruz Novillo enfrenta en esta muestra tienen su Origen en uno de los ciclos principales que han mareado su reflexión en los años noventa. Ambas series parten del modelo generativo que el artista denominara como "diafragma uno", y que se establece a partir de un círculo dividido en cruz en cuatro sectores, estructura de un juego desarrollado a partir de cuatro) colores básicos: azul, amarillo, rojo y verde.

Cruz Novillo

Galería Aele. Puigcerdá, 2. Madrid. Hasta el 30 de junio.

Tal como hiciera con otros ciclos anteriores o paralelos, en las muestras vinculadas a este "diafragma uno" Cruz Novillo elegía ciertos casos puntuales a partir del modelo generado por la secuencia global y los trasladaba a la pintura o la escultura, en un guiño que el artista acostumbra a definir como un juego de representación que se situaría en la más pura tradición del realismo. La ambivalencia creada así entre la idea y el objeto final nos remitía, una vez más, a lo que ha sido uno de los atractivos recurrentes en la trayectoria de Cruz Novillo, y que nace de esa voluntad de extraer una equívoca complejidad desde unas coordenadas que son aparentemente muy simples. Y, sin embargo, ese juego tendía a su vez a alejar del espectador aquello que constituye la esencia más íntima de su apuesta, algo que tan sólo se realiza plenamente a través de la secuencia completa y de la propia noción de "proceso en el tiempo" que, en la reflexión de Cruz Novillo, esta blece una analogía paralela a la esfera de lo musical.

En esta ocasión, las traducciones que definen las dos series expuestas optan por una vía de sentido muy distinto. Y curiosamente, aun cuando implican perspectivas, radicalmente diversas, ambas desembocan en fórmulas que son, en cierto modo, más fieles al espíritu de la apuesta original. Cada una a su manera tienden a insistir en la primacía de lo conceptual en el trabajo de Cruz Novillo.

Ambas series eligen, con todo, caminos divergentes. Una de ellas recoge una idea gestada desde el origen mismo del ciclo, que supone, en cierto modo, la opción más radical en su referencia al modelo mental. En ella, Cruz Novillo tiende a eclipsar toda huella subjetiva en la ejecución material mediante el uso de impresión por láser, partiendo directamente del propio ordenador utilizado en la génesis del ciclo. En el segundo caso el artista parte de una noción cercana al ready made rectificado de Duchamp en una edición de esculturas plegables realizadas a partir de un modelo de sombrilla convencional, cuya estructura y colores habituales venían ya a coincidir básicamente con las coordenadas del "diafragma uno". Y así, desde el enfriamiento proporcionado por esos dos procesos industriales -estrictamente aséptico uno, sesgado por la ironía el otro-, Cruz Novillo obtiene uno de los puntos de más transparente intensidad de su trayectoria reciente.

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