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VISITA DEL PAPA

Juan Pablo Il condena en Madrid el aborto, el divorcio y el control de la natalidad

"España necesita volver a sus raíces cristianas". Así lo dijo ayer Juan Pablo II, en catalán, durante la ceremonia de canonización del beato Enrique de Ossó (Vinebre, 1840), laprimera que se celebra en España y a la que asistió la infanta Elena. Karol Wojtyla arengó desde Madrid a los fieles españoles a renovar "la gracia del bautismo" a luchar en una sociedad que da "muestras de desorientación y desencanto" para que recupere su norte católico. El Papa, más moderado que en sus anteriores viajes, condenó el divorcio y el control de la natalidad y equiparó el aborto con un homicidio.

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Juan Pablo II lo dijo en catalán, en honor al nuevo santo, durante el acto litúrgico celebrado en la madrileña plaza del Descubimiento, ante el monumento a Colón, donde se alzaba un impresionante altar en el centro del paseo de la Castellana. Recordó, por ello, el documento del episcopado de Cataluña que, en 1985, llamaba a esta comunidad a no olvidar sus orígenes cristianos para no perder su identidad. "Espanya necessita retomar a les seves arrels cristianes", dijo ante el clamor de los tortosinos que se desplazaron desde Cataluña para presenciar la canonización de Ossó, fundador de la Compañía de Santa Teresa de Jesús.El Papa condenó el divorcio abogando por la fidelidad e indisolubilidad del matrimonio, que ha de estar "abierto a la fecundidad". "¿Y cómo no expresar vivo apoyo a los reiterados pronunciamientos del Espiscopado español en favor de la vida y sobre la ilicitud del aborto [lo ha equiparado con un homicidio]?", dijo en un tono más moderado que en anteriores visitas realizadas a España, cuando equiparó el divorcio con la interrupción del embarazo.

El Papa, que llegó a la plaza de Colón -donde ejerció de animador el veterano locutor Matías Prats- a bordo del papamóvil, y fue saludado por los fieles que coreaban Juan Pablo, Segundo, te quiere todo el mundo, instó a los jóvenes a "apartarse de la tentación de una cultura insolidaria que conduce irremediablemente al vacío". "¡No tengáis miedo a ser santos!", les dijo.

La nueva evangelización, una constante en este viaje, es ahora "apremiante" porque hay que "renovar los valores cristianos en una sociedad que da muestras de desorientación y desencato". El Papa, con el altar orientado hacia la plaza, donde estaban las 15.000 personas vinculadas a la obra de Ossó, exhortó entonces a la Iglesia de España, todos los fieles, a renovar la gracia del bautismo. Que la sal no se vuelva insípida, dijo, en un mensaje que ha vertebrado desde el pasado lunes, cuando en Huelva invitó a los católicos a penetrar en todo el tejido social, en todos los ámbitos de la vida pública, para reconquistar el terreno perdido.

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