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El Nobel de Economía Becker afirma que sólo la flexibilidad laboral permitirá salir de la crisis

Javier Moreno

El debate sobre la reforma laboral, promovida por el Gobierno, se reaviva. La cuestión centró ayer dos de las intervenciones más esperadas en una conferencia sobre el Futuro del capitalismo que se celebró en Madrid: la de Gary Becker, premio Nobel de Economía 1992, y la del ex ministro socialista de Economía y Hacienda Miguel Boyer. Ambos fueron rotundos. Tan sólo una flexibilización radical del mercado de trabajo permitirá salir de la crisis y reducir el paro, en su opinión. A la conferencia no asistió ningún representante de las organizaciones sindicales.

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J. M. Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, que presentó a Becker en la conferencia, organizada conjuntamente por los diarios económicos Cinco Días y The Wall Street Journal, afirmó que "éste es un buen momento para tener un debate público sobre el futuro del capitalismo". Cebrián explicó que tras la, caída del muro de Berlín y el derrumbamiento de los regímenes de Europa del Este cabe ahora preguntarse si se trata de un triunfo del capitalismo triadicional o del alumbramiento de nuevas formas de relación.El premio Nobel de Economía 1992, Gary Becker, realizó a continuación un ataque frontal y sistemático a cualquier tipo de regulación que limite la posibilidad de las empresas a la hora de despedir a sus empleados. Consideró también perniciosa la existencia de una normativa que imponga un salario mínimo, abogó por la reducción de impuestos sobre el trabajo, tanto a patronos como empleados, y concluyó con una exhortación: hay que flexibilizar el mercado de trabajo para salir de la crisis.

Becker, de 72 años, es uno de los representantes más ilustres de la Universidad de Chicago, que, con su escuela de pensamiento neoliberal, fue el alimento ideológico de los Gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher en los ochenta. Para el enonomista estadounidense, la existencia de normas laborales es el origen de todos los males.

Falta de competitividad

"La legislación española ha restringido en las últimas décadas severamente la posibilidad de que las empresas despidan a sus empleados", constató Becker, para asegurar luego que "varios países europeos dificultan también el despido", y concluir rotundamente que ésa es la causa de la alta tasa de paro en la CE, junto con los elevados impuestos, sobre el trabajo que soporta Francia (50%), Alemania, Suecia y España (todos cerca del 40%). "La suma total del impuesto sobre el trabajo en Estados Unidos y el Reino Unido es del 20%", explicó.

La maraña normativa y el excesivo sector público en los países de la CE son los responsables, en su opinión, de la menor competitividad. de Europa frente a sus más directos rivales, Estados Unidos y Japón.

"En los últimos 20 años no ha habido prácticamente crecimiento del empleo en el sector privado en Europa; tan sólo en el público", dijo Becker. "Exactamente lo contrario que en Estados Unidos y Japón". Como para Becker los aumentos de productividad se dan básicamente en el sector privado, esta desigual evolución de Europa respecto a Japón y Estados Unidos explica su pérdida de competitividad y el brutal aumento del paro.

"Además, más de un tercio de los parados en Europa son de larga duración: más de un año", se asombró Becker. Para el economista estadounidense, la excesiva rigidez del mercado de trabajo impide a estos parados recolocarse. "Esto disminuye la productividad porque estos trabajadores parados pierden habilidades".

La importancia que Becker concede a las cuestiones laborales dentro de la economía no es extraña. Autor de un libro sobre el capital humano titulado precisamente así, Capital humano, que introdujo este concepto a principios de los años sesenta, el profesor estadounidense considera que las. inversiones en educación, formación profesional, salud y "buenos hábitos de trabajo" son determinantes para el triunfo o fracaso de una empresa y en definitiva, de un país. "Esta es la Edad de la Gente", dijo. "El éxito de un país depende de lo que haga con su gente".

Estas declaraciones se producen cuando comienza a retomarse el debate sobre la reforma laboral, que quedó momentáneamente interrumpido por el adelanto de las elecciones y que el Gobierno que se constituya en las próximas semanas deberá emprender en breve.

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