El País-Aguilar publica textos anotados de Maruja Torres, Haro y Vicent

La editorial El País-Aguilar propuso anoche en Madrid un nuevo género, híbrido de periodismo y literatura, al presentar tres libros de sus columnistas Eduardo Haro Tecglen, Maruja Torres y Manuel Vicent que recopilan algunos de sus trabajos, reescritos o anotados por sus autores, y que inauguran la colección El Viaje Interior. "La excelencia en el periodismo y la escritura es la clave del periodismo de calidad", afirmó Jesús de Polanco, presidente de EL PAÍS, ante un público que abarrotó la galería Malborough.

Estos libros constituyen un buen argumento para quienes piensan que la mejor literatura se hace hoy en los periódicos (también se hace la peor), vino a decir Joaquín Estefanía, director de EL PAÍS, para quien, sin embargo, no se trata de recopilaciones de artículos, sino "obras compactas y centrales" en la producción escrita de sus autores, "y justo lo contrario de la solemnización de lo obvio, que es lo que hemos visto estos días". En ellos se pueden observar diferentes tipos de compromiso con nuestro tiempo, algo no tan apreciable en las columnas aisladas.Antes, Jesús de Polanco dio testimonio de su satisfacción por una colección que reúne sus dos grandes pasiones: el mundo de los libros, donde se siente más integrado, y el periodismo, en el que emplea más tiempo.

Amor América. Viaje sentimental por América Latina, recoge, reescritos, el conjunto de reportajes que publicó Maruja Torres en EL PAÍS al tiempo que cruzaba toda Hispanoamérica en tren, y algunos otros en misión informativa más pegada a la actualidad.

Joaquín Estefanía leyó el pasaje en el que Maruja Torres relata cómo comunicó a la redacción de EL PAÍS que había perdido el contacto con Juantxu Rodríguez, el fotógrafo que la acompañaba durante la invasión de Panamá por las tropas estadounidenses, y contó el silencio que se produjo en la redacción cuando se supo, por un teletipo de Efe, que Juantxu Rodríguez había muerto. Estefanía dio las gracias a Maruja Torres por "recordarnos algo que ni olvidaremos, ni podemos olvidar" y "devolvernos nuestra memoria histórica".

La columna de Manuel Vicent es la demostración de que "hay que quedarse sólo con lo esencial", dijo Estefanía al referirse a A favor del placer. Cuaderno de bitácora para náufragos de hoy, un ejemplo de cómo "la literatura no debe estar desligada de la actualidad.

Eslabón perdido

Contó luego el director de EL PAÍS cómo en los años setenta las columnas escritas con diversos seudónimos por Eduardo Haro en Triunfo, la revista de la que era subdirector, constituyeron "el eslabón perdido de varias generaciones de españoles". En su columna, afirmó Joaquín Estefanía, Haro escribe desde un punto de vista no lineal, ni escolástico, con el que nunca se puede estar del todo de acuerdo, tolerante con los tolerantes y cortante con los totalitarios.