Retrato de rico, retrato de pobre

Japón figura como el país más desarrollado del mundo debido a que la media de los indicadores de desarrollo humano (esperanza de vida, alfabetización, nivel de salud, lectura y comunicaciones, empleo, e ingresos, entre otros) es la más elevada en este país. Por el contrario, un ciudadano de Guinea tiene la desgracia de vivir en las antípodas del desarrollo, es decir, en el país más pobre del mundo.Las estadísticas que han diseñado los expertos de las Naciones Unidas dicen que el ciudadano japonés tiene una esperanza de vida al nacer de 78,6 años, mientras que el de Guinea alcanzará tan sólo 43,5 años. La tasa de analfabetos en Japón es de un 1%, mientras que en Guinea es analfabeto el 76% de la población. El producto interior bruto por cabeza en Japón alcanza los 17.616 dólares (en 1990), mientras que en Guinea apenas alcanza los 501 dólares.

Japón registra también los siguientes datos: un médico por cada 663 habitantes, 110 científicos y técnicos por cada 1.000 habitantes, un consumo de 587 periódicos diarios por cada 1.000 habitantes, y 620 televisores también por cada 1.000 habitantes. Guinea, por el contrario, tiene un médico por cada 46.420 habitantes, no consta el número de técnicos y científicos, no consta la difusión de prensa diaria y tiene siete televisores por cada 1.000 habitantes.