_
_
_
_
Entrevista:

"Me da miedo llegar a ser estrella"

Rocío García

Prefiere estar agazapado en la humildad porque dice que es desde donde salta mejor. Ha labrado su carrera paso a paso, sin sobresaltos, dando tiempo a1tiempo. Se reconoce inseguro y ambicioso, y por, ello todo lo que ocurre a su alrededor lo supervisa con lupa. Tras su gran salto a Hollywood, ha vuelto a España, donde ayer terminó de rodar Dispara, a las órdenes de Carlos Saura. A sus 32 años, Antonio Banderas cree llegado el momento de parar de hacer tanto cine y comienza a rechazar guiones. Sin embargo, su entusiasmo y energía no se apagan y acaba de firmar un contrato Para interpretar a un vampiro veneciano en el próximo filme de Neil Jordan. A pesar de todo, la prudencia invade la vida de este actor, que prefiere considerarse un obrero de su profesión. "Posiblemente me da miedo llegar a ser estrella".

Es en su mirada y en su energía donde reside el mayor atractivo de Antonio Banderas. La caravana instalada en pleno encinar madrileño que le sirve de descanso durante el rodaje, y desde donde aprovecha para seguir en un minitelevisor la campaña electoral, se le queda demasiado pequeña. Irradia un entusiasmo y una pasión ilimitados que parecen salirle directamente de la piel. Esa misma pasión que lleva al periodista que interpreta en el filme Dispara a la busca de un misterio. "Es un personaje medio tímido, muy imbuido en su trabajo, que de pronto se engancha en una historia de amor atípica en, su vida. Es un periodista que va a hacer una entrevista a una caballista de un circo y, finalmente esa entrevista trasciende y se convierte en un mundo sin respuesta y en una serie de sentimientos contradictorios y confusos", explica Banderas sobre la película que protagoniza junto a la italiana Francesca Neri.

El filme, de producción ítaloespañola -la productora española es Arco-Film- ha supuesto el reencuentro de Banderas con Carlos Saura después de su trabajo hace: 10 años en Los zancos.

Han sido 10 años en los que su vida se ha transformado de manera radical. Primero se convirtió en el actor fetiche de Pedro Almodóvar, con quien protagonizó cinco películas (Laberinto de pasiones, Matador, La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios y ¡Átame!) y luego dio el gran salto a Hollywood. Un salto que, a pesar del éxito, ha sido calificado por Almodóvar como la imposición de "una dudosa corona" tras haber rechazado su última película estrenada, Tacones lejanos. "Yo no me he puesto ninguna corona. He ido a hacer una película [Los reyes del mambo], a: aprovechar una infraestructura que se me brindaba en aquel momento. Tuve que elegir. Ya había hecho cinco películas con Almodóvar y me apetecía hacer otra cosa. Más simple que eso no hay nada. Aunque sólo hubiera sido para decirle a mis nietos que yo había trabajado en Hollywood una vez en la vida, lo hubiera hecho. Lo que pasa es que no ha sido así, y luego me han llamado para hacer otra película de estudio en la Columbia y ahora otra para la Warner Brothers. De alguna forma, la batalla la he ganado", contesta Banderas, que afirma que notiene nada que reprochar al di: rector manchego.

"Las cosas tienen un color. Yo no soy estúpido y tengo que reconocer que me he tenido que esforzar y pasar épocas en Los Ángeles donde nadie me hacia ni puñetero caso, he tenido que trabajar muy duro, pero si yo no hubiera contado con la carta de visita de las cinco películas con Almodóvar, posiblemente me hubiera resultado todo más difícil. ¿Por qué voy a dejar de reconocer eso porque Almodávar vaya diciendo por ahí que yo me he puesto coronas? Si es que eso me independiza de él. Yo no quiero entrar en confrontación con Almodóvar; no lo necesito, y yo soy muy práctico en ese sentido. Mi mundo está delante de la cámara, cuando alguien me dice ¡Acción!' y cuando alguien me dice '¡Corten!'. Ése es mi espacio de libertad. Todo lo demás son chascarrillos, y yo no entro w los chascarrillos".

Hollywood le ha quitado complejos y le ha dado mayor seguridad -"me ha permitido creer más en mí mismo, a pensar que yo puedo estar a la altura de grandes actores"-, pero ese afán controlador de sí mismo no le permite ni volar por las nubes ni rendirse a ninguna evidencia de vanidad. "Sigo siendo una persona muy insegura. Lo sigo siendo después de 35 películas. Tengo ahora mismo cinco películas por estrenar y no sé los resultados de esos trabajos. No puedo ser triunfalista sin haberlas visto. Si se estrenan y la crítica es excelente, y se convierten en un éxito de taquilla, a lo mejor mi vanidad crece. Pero tampoco quiero que la gente espere demasiado de mí, no creo que sea bueno crear esa expectativa. Voy poniendo pequeñas cuñas donde luego me iré apoyando. Los personajes que he desarrollado en películas como Philadelphia [a las órdenes de Jonathan Demmel y La casa de los espíritus [con Bille August de director y Jeremy Irons, Glenn Close, Vanessa Redgrave y Meryl Streep como intérpretes] son quintos personajes, pero todo eso forma parte de un currículo. Es un trabajo más de conciencia que de valentía".

Seguro de que las creaciones en la vida de un actor terminan llegando, Banderas confía con entusiasmo, siempre contenido, en la película de Neil Jordan, el irlandés que ganó el último Oscar al mejor guión original por Juego de lágrimas, producida por la Warner Brothers, con quien ya ha firmado el contrato. Entrevis ta con un vampiro cuenta tam bién en el reparto con Brad Pitt y Dany Day Lewis, y se rodará en Nueva Orleans, París y Londres. "Aunque entra dentro del género de terror, es una película romántica con un toque de comedia, con un guión muy inteligente y muy bien dialogado". Banderas cada vez ve más claro que la película de Jordan cerrará una etapa en su vida. "Creo que debo parar de hacer tanto cine. Estoy cansado, necesito llenar el saco porque me siento un poco vacío. Se me han dado situaciones muy bonitas y muy aventureras para relatarlas en una novela, pero que no me satisfacen. El día que me incorporé al rodaje de La casa de los espíritus había empezado a rodar Philadelphia a las seis de la mañana, y había terminado a las siete de la tarde. Me metí en un avión a Londres y de Londres a Portugal. Luego, tras cuatro horas de coche, me vi acuando en otro plató. Eso no lo puedo seguir haciendo si quiero ser seno con mi profesión. Es demasiada descarga que no me conduce a nada, lo único que hace es crearme más inseguridad. Mi ideal para una posible nueva etapa sería hacer una película al año; posiblemente voy a rechazar muchos más guiones y voy a escoger los trabajos con lupa. Me gustaría tener entrevistas con los directores donde no sólo ellos me van a poner a prueba a mí, sino yo también a ellos".

Interesado en otros terrenos del cine, quiere explorar en ellos y no descarta adentrarse en la producción. "Me gustaría ser productor de ideas, el que puede poner a determinada gente junta para hacer un determinado proyecto".

El único momento en el que el rostro de Banderas se endurece es cuando se le pregunta si su carrera en Estados Unidos se va a limitar a Néstor Castillo, el protagonista de Los reyes del mambo. "De eso nada", contesta con rotundidad casi asesina. "Eso es sólo el comienzo. Yo quiero trabajar más en ese país y que se me vea mejor; seguir creciendo lo mismo que he hecho aquí. Hasta ahora, Hollywood me ha pretendido a mí sin yo quererlo demasiado. Ahora me apetece meter yo la cabeza, jugármela un poco más y ver hasta dónde puedo dar de sí. Voy a superar a Néstor Castillo".

Busca ante todo la verdad y la honestidad. "El secreto de un actor está en su honestidad. El que tenga una honestidad brillante, ganará; el que tenga una honestidad mediocre, no ganará, pero será honesto, y el que mienta, mentirá, y la gente le pillará". Sobre todo esto y sobre el miedo que le da llegar a ser una estrella se comerá el coco estos días subido en su mountain-bike antes de viajar a Argentina, donde le espera su más próximo proyecto: el rodaje de De amor y de sombra. Por ahora, en la caravana, su ilusión incombustible no desaparece ni cuando le dan a elegir para la cena entre coliflor o paella: "¡Paella, paella!".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_