El Gobierno italiano aprueba un plan de emergencia para reducir el déficit
El nuevo Gobierno italiano de Carlo Azeglio Ciampi aprobó ayer un plan de emergencia para reducir el déficit público previsto para 1993 en unos 13 billones de liras (unos 114.000 millones de pesetas). De este modo, se espera que el desequilibrio de las cuentas públicas al cierre del ejercicio sea de unos 163 o 165 billones de liras, todavía por encima de los 150 billones previstos en los presupuestos, según explicó el propio Ciampi.Si a los efectos del plan aprobado ayer se suman los, ingresos programados por privatizaciones, que el Gobierno se compromete a hacer efectivos, el déficit final quedaría en torno a unos 154 billones de liras, afirmó ayer Luigi Spaventa, el ministro de presupuestos.
El plan de recorte del déficit preparado por el Gobierno, que deberá ser aprobado por el Parlamento, se basa en más de la mitad en reducciones de gastos; el resto corresponde a un incremento de ingresos fiscales, según explicó el propio Ciampi. Este tipo de actuación extraordinaria se denomina en Italia "maniobra" y ha llegado a convertise en una intervención habitual, al menos una vez al año, para corregir la andadura financiera del sector público.
Por lo que se refiere al gasto, el plan prevé el bloqueo de los compromisos de la Administración pública hasta el próximo año, salvo en los casos excepcionalmente autorizados por el presidente del Gobierno; la reducción de los fondos especiales; la revisión de los complementos por destino exterior de los diplomáticos; el bloqueo de las transferencias a los entes locales y una serie de medidas de ahorro en la enseñanza calificadas de "muy complicadas" por el ministro de Presupuestos.
Sube la gasolina
En el capítulo de ingresos, el plan prevé la subida de la gasolina (el litro de carburante sin plomo costará 135 pesetas, unas cinco pesetas más que hasta ahora) y de otros productos energéticos, excepto los de uso industrial, que han quedado excluídos para evitar efectos inflacionarios; el aumento del IVA que grava las segundas residencias, que pasa del 4% actual al 9%; el incremento en un 50% en el impuesto sobre la ventas de coches de segunda mano y otro aumento similar en las impuestos sobre inmuebles. Las retenciones a cuenta sobre el IVA pasan, además, del 65% al 85%."Estas maniobras no son, ciertamente, populares. Pero, por desgracia, resultan necesa rias", razonó ayer Carlo Azeglio Ciampi, que recordó cómo Italia se ha comprometido con la Comunidad Europea a mantener su déficit público dentro de ciertos márgenes como consecuencia del préstamo de unos 8 billones de liras que Bruselas le concedió a comienzos del pasado mes de fe brero.
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