La primera curación genética definitiva, intentada en recién nacidos en EE UU
Dos niños estadounidenses de cinco y tres días de edad han recibido células alteradas genéticamente en un intento de curarles para siempre la enfermedad con la que han nacido, un defecto, del sistema inmunológico que pone en grave riesgo su vida. Si esta terapia experimental da resultado, y sólo se sabrá con certeza dentro de un año, los dos casos serán los primeros en que se corrige definitivamente un defecto genético. La técnica empleada aprovecha que el niño no está aún totalmente desarrollado, y podría utilizarse en otras enfermedades en recién nacidos, como la hemofilia.
Zachary Riggins se convirtió el pasado lunes, a los tres días de edad, en el segundo niño sometido al ensayo de terapia génica definitiva. El primero fue otro bebé nacido en California, Andrew Gobea, que fue opeyado dos días antes (ver EL PAÍS de ayer), a los cinco días de edad.Zachary nació por cesárea programada el pasado viernes en San Francisco; inmediatamente los médicos extrajeron sangre de la placenta y la llevaron a Los Ángeles, donde un equipo de investigadores se encargó de alterar las células de la sangre en los laboratorios del Children's Hospital. El lunes, los médicos llevaron las células modificadas a San Francisco y se las inyectaron al bebé.
Los dos bebés padecen una forma de inmunodeficiencia severa combinada causada por la ausencia de una enzima esencial del sistema inmunológico. Cuando falta esta enzima, la adenosina desaminasa (ADA), en los glóbulos blancos, el organismo no puede defenderse contra las infecciones. Los pequeños pacientes que la padecen son los niños burbuja, puesto que en casos extremos tienen que vivir aislados dentro de una burbuja estéril. Los tratamientos habituales consisten en difíciles trasplantes de médula ósea o en el suministro constante de medicamentos.
En este caso se ha ido al origen de la enfermedad, al inyectar en los niños células de su sangre, pero procedentes de la placenta, en las que se ha introducido el gen correcto. La técnica es similar a la seguida hasta ahora en algunos ensayos de terapia génica en casos de ADA, pero por vez primera se han utilizado las llamadas células maestras o pluripotentes. Son células primitivas de las que derivan muchas otras, como los globulos rojos y los blancos. Si los investigadores logran que éstas permanezcan en el organismo funcionando normalmente, los niños habrán sido curados definitivamente.
Hasta ahora se habían modificado directamente con éxito los linfocitos del paciente. Como estas células sólo sobreviven unos meses en el cuerpo, el niño tiene que ser sometido periódicamente a nuevas inyecciones con el gen correcto.
Hermanos
Los padres de los dos niños sometidos a la nueva terapia de genes habían tenido anteriormente niños burbuja, por lo que los médicos realizaron diagnósticos prenatales en los nuevos embarazos. Las pruebas confirmaron que los fetos tenían las dos copias -una heredada del padre y otra de la madre- del gen defectuoso, normalmente responsable de la producción de ADA. Los progenitores, en ambos casos, tienen una copia correcta Y otra defectuosa del gen y no padecen la enfermedad.En los niños con deficiencia de ADA las células maestras, que se alojan en la médula ósea, carecen del gen funcional responsable de la producción de esa enzima y, por tanto, ésta también ausente de sus glóbulos blancos.
El tratamiento ensayado ahora consiste en aislar una pequeña cantidad de células maestras de la sangre. Mediante un virus desarmado, que actúa como vehículo genético, los científicos introducen en ellas copias funcionales del gen de ADA y las reinyectan en los jóvenes pacientes. Los médicos confían ahora en que algunas de estas células modificadas se asienten en la médula ósea y dirijan la producción de una cantidad suficiente de la enzima.
Esta nueva estrategia de terapia aprovecha los estadios tempranos de desarrollo del organismo del niño para formarle una médula ósea funcional, en la que convivirán sus células maestras defectuosas con las corregidas. Además, en recién nacidos es más fácil utilizar estas células porque se encuentran en mayor cantidad en la sangre que en los niños más desarrollados. También es más probable que las células modificadas se alojen en el tejido adecuado. En el plazo de unas pocas semanas se sabrá si los niños están fabricando glóbulos blancos normales.
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