El PP ofrece recetas similares a las de Solchaga para salir de la crisis

PILAR MARCOS, José María Aznar, líder del PP, definió ayer su programa económico como "una política para crear empleo". Y para lograrlo, sus similitudes con la política económica que ha defendido el actual ministro de Economía son, en bastantes casos, sorprendentes. Por ejemplo, la característica clave de la recuperación que propugna Aznar es "una política económica austera, estable y rigurosa" en la que se reduciría el déficit público en medio billón de pesetas. "La integración en la Unión Económica y Monetaria europea [UEM] se mantendrá irrenunciable".

"Hay que olvidar cualquier tentación a devaluaciones competitivas"; "hay que reducir el déficit público hasta llegar al 2% al final de la legislatura"; "la reducción de la inflación no debe confiarse a la política monetaria sino a una combinación ajustada de política monetaria y política fiscal"; 1a reforma del mercado de trabajo debe incluir la supresión de las ordenanzas laborales"; "hay que vincular la percepción del subsidio de desempleo a la asistencia a cursos de formación profesional"; o "hay que poner en marcha los contratos a tiempo parcial y regular las empresas de trabajo temporal". Todas estas frases son afirmaciones de José María Aznar durante la presentación del programa económico de su partido, pero es fácil encontrar, en cualquier hemeroteca otras casi idénticas pronunciadas por el actual ministro de Economía, Carlos Solchaga, o por el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, o incluso podrían ser extractos del plan de competitividad o del programa de convergencia.Incumplimiento socialista

Pese a la similitud de las declaraciones, el PP culpa a la "desacertada" política económica del Gobierno de la gravedad de la crisis. Y señala: "El Gobierno socialista ha incumplido sus propios compromisos de reducir el déficit", y éste es el causante, "de forma directa o indirecta, de los restantes desequilibrios: inflación, déficit exterior y -a través del desestímulo -a la inversión-desempleo".

La reducción del déficit que defiende el Partido Popular se apoya totalmente en la reducción del gasto, toda vez que este grupo propone la congelación -y posterior reducción- de la presión fiscal. Como primera medida, encargarán una auditoría "a la Intervención General del Estado y a una comisión independiente" para conocer la situación real de las cuentas públicas".

Después -siempre si forman Gobierno- congelarán las plantillas de funcionarios y amortizarán las bajas que se produzcan, revisarán el procedimiento de compras del sector público, reducirán las subvenciones a las empresas públicas que, en lo posible, privatizarán, introducirán criterios de gestión privada en los organismos públicos, y reformarán el Tribunal de Cuentas. Todo ello -aderezado con ventajas fiscales y administrativas para la creación de empresas y sus inversiones- conforma ,, el modelo económico" del PP. Un modelo en, el que, según Aznar, la recuperación de la inversión privada y el impulso a las exportaciones permitirán pasar de la recesión a un crecimiento económico del 2,5% en 1994, del 3% en 1995 y el 4% los años siguientes.

Ya en el terreno más espinoso de las relaciones con los sindicatos, Aznar dejó claro que no está de acuerdo con el proyecto de ley de Huelga que tramitaba el Parlamento cuando se convocaron las elecciones. A su juicio, convendría pactar un proyecto que regule claramente los piquetes.