_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Madrid

La última vez que estuve en un restaurante chino, lo más emocionante que me pasó fue que el camarero me retiró las cerillas de obsequio, ofendido por la parquedad de mi propina. Claro que eso sucedió en Nueva York, ciudad a todas luces más tranquila que un Madrid en donde una de Fu-Manchú se libró en el Tiananmen -menudo nombre, menudo fario-, establecimiento alimentario de tipo exótico; en algunos de su mismo cariz no hace falta morir a puñaladas, dado que no tienen cámaras frigoríficas para guardar los alimentos.De este- Madrid que, en mayo, siempre me queda en la memoria como un mar de verde que asoma tras las verjas del Retiro, recordaré en el futuro un mar de mierda -aunque, a decir verdad, no mucho más importante que el que existía antes de la huelga de limpiadores: así de guarros nos hemos vuelto- y las declaraciones del representante del grenuo durante la manifestación celebrada ante la sede del PP, en la calle de Génova, llamando al candidato Aznar compañero.

Sucia está la ciudad, y podría escribirse un libro si siguiéramos el rastro de desperdicios partiendo de la Puerta del Sol, del kilómetro cero de España, por los itinerarios de envoltorios, bolsas de plástico, latas vacías, cascos de botellas y otros cadáveres. Las historias serían distintas yendo de Sol al Palace, de Sol a Campamento, de Sol a San Blas o de Sol a Torre Picassol- pero serían, en el fondo, la misma. La que marca el presente de una ciudad regida por un alcalde de medio hervor, último peldaño de un amor desandado que empezamos a perder el día que enterramos a Tierno.

Madrid necesita con urgencia a alguien que la quiera mejor. Cuando eso ocurra puede que la fuente inútil y seca que han construido en mi barrio deje de ser un vertedero para ponerse a manar de verdad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_