Rabin consigue una semana de plazo para solucionar la crisis del Gabinete israelí
Lejos de Washington donde las conversaciones de paz entre árabes e israelíes han caído en el estéril terreno del protocolo, ayer no resultaba aventurado concluir que Isaac Rabin y Yasir Arafat están agobiados por problemas muy similares. El proceso de paz ha atrapado al primer ministro israelí en el mismo dilema que consume desde hace tiempo los esfuerzos del veterano presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP): cómo ganar batallas internas.
Contra todos los pronósticos, Rabin descubrió ayer que la solución de la crisis política desatada por el recelo de sus socios ultrarreligiosos, es un obstáculo mucho más serio de lo que se pensaba. El primer ministro laborista comprobó también que ha sobreestirriado la ductilidad de sus aliados izquierdistas. A pesar de todo, Rabin obtuvo ayer una semana de plazo para hallar una solución a la crisis.Minutos antes de que venciera el plazo para que el ministro de Interior Arie Deri, del partido Shas, formalizara la renuncia que precipitó la crisis ministerial el domingo pasado, los políticos israelíes acordaron conceder un tiempo a Rabin.
Durante la próxima semana, el primer ministro intentará atenuar las exigencias del Shas que exige que se destierre del Gabinete a la ministra de Educación Shulamit Aloni, del frente izquierdista Meretz. De momento, Deri y Aloni permanecen como ministros sin cartera.
Rabin tendrá que impedir que las disputas internas descalabren la imagen de unidad y solidez que los laboristas consideran esencial para que Israel obtenga la mayor ventaja posible de un plan de paz con los árabes, que implica concesiones territoriales.
Por otra parte, fuentes del Ejército israelí revelaron ayer que sus fuerzas habían dado muerte a seis palestinos en la frontera con Egipto entre el sábado y el lunes pasados. "El gran número de fugitivos que tratan de huir a través de la frontera con Egipto ha hecho que se reforzara la vigilancia", dijeron fuentes militares.
