Sugestionarse para no comer
E. C., Las últimas tendencias en métodos para reducir tanto el sobrepeso como la obesidad apuntan a terapias que permitan un cambio estable en los hábitos y la relación con la comida: son las llamadas terapias de autorregulación. "Pero, siempre insistiendo en que las pérdidas de peso son muy paulatinas y lentas", explica Antonio Capafons, profesor de psicología de la Universidad de Valencia, director de un estudio realizado en 1991 sobre la eficacia de una terapia basada en el recuerdo sensorial, sobre un grupo de 60 mujeres de la Comunidad Valenciana, con un sobrepeso que no superaba los 15 kilos.
"Lo primero es explicar lo que falla en la dieta", continúa Capafons. "Luego, establecer unos objetivos concretos, paulatinos y fáciles de conseguir". La terapia busca eliminar la irritación y la obsesión por la báscula y, sobre todo, controlar el apetito mediante técnicas de sugestión, que enseñan a reproducir sensaciones asociadas a determinados estímulos: de esta forma se aprende a provocar una sensación de anestesia en el estómago, cuando surge el hambre o la apetencia irresistible por algún alimento en concreto. Los objetivos son siempre modestos: una pérdida de, dos kilos en el primer mes y medio y del 50% del exceso de grasa tras un periodo de seis meses.
Todos los especialistas coinciden en la necesidad de no calibrar sólo el adelgazamiento con el parámetro del peso, sino con la disminución de la masa corporal, el exceso de grasa y su distribución en el cuerpo o las medidas de la cintura. Cualquier otro método basado en una reducción muy brusca en poco tiempo, además de ser peligroso, tiene una eficacia muy reducida.
Los especialistas son contundentes: hacer una dieta hipocalórica y ejercicio al mismo tiempo con el afán de adelgazar, independientemente del peso que se tenga, constituyen dos de los más importantes factores de riesgo de un trastorno de la alimentación.
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