La guerrilla de UNITA exige la partición de Angola como condición de un alto el fuego

La guerrilla angoleña de UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) exige para el establecimiento del alto el fuego lo que su dirigente, Jonás Savimbi, ha llamado la somalización de Angola: la partición del país, al menos durante un período de transición.El mantenimiento de estas posiciones restaba ayer posibilidades al logro de un acuerdo de paz en la cuarta ronda de negociaciones iniciadas en Abiyán (Costa de Marfil) el pasado día 12. Las conversaciones pretenden poner fin a la guerra entre UNITA y el Gobierno de Angola, reiniciada el pasado octubre a raíz del rechazo de los rebeldes de su derrota en las elecciones celebradas en septiembre bajo supervisión de la ONU.

Ayer, cuando las negociaciones entraban en su fase final, UNITA seguía exigiendo el envío de una fuerza de interposición de las Naciones Unidas, compuesta por varios miles de cascos azules, para separar a los beligerantes sobre el terreno antes de la firma de cualquier compromiso de alto el fuego.

Los rebeldes angoleños sólo admiten someterse a las dos resoluciones del Consejo de Seguridad d la ONU (804 y 811) -que les exigen regresar a las posiciones que ocupaban antes de las elecciones- una vez que Luanda acepte un acuerdo político que significaría, de hecho, la división de Angola en dos grandes zonas controladas cada una por los llamados partidos armados, UNITA y el gubernamental Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA). La solución de la somalización, según la tesis de los rebeldes, estaría vigente hasta la celebración de nuevas elecciones, organizadas directamente por la ONU.

Tras su rechazo de los resultados electorales, que denunció como fraudulentos, UNITA inició una ofensiva por la que ha ampliado su control sobre más del 50% del territorio nacional.

El general Higinio Carneiro, portavoz de la delegación gubernamental, dijo ayer que "el Gobierno legítimo salido de elecciones democráticas reconocidas internacionalmente no puede entregar a su suerte los civiles que se encuentran en las ciudades cercadas" por la guerrilla.

El Gobierno angoleño estima que la comunidad internacional crearía un "antecedente gravísimo para Angola y para Africa" al conceder a UNITA un "premio al mal comportamiento", consistente en una participación forzosa en el Gobierno central y en el control de las áreas conquistadas por la fuerza.