Amato dimite aunque la crítica situación política italiana no deja entrever un Gobierno alternativo
El presidente del Gobierno italiano, el socialista Giuliano Amato, presentó su dimisión a las 18.30 de ayer, al término de un debate parlamentario que no dejó entrever ninguna posibilidad de formar un nuevo Gabinete. El Partido Democrático de la Izquierda (PDS, ex comunista) puso condiciones inaceptables para las otras fuerzas que deberían apoyar un Gobierno institucional, que era considerado la alternativa más viable. Parecía igualmente descartada la perspectiva de un nuevo Gabinete presidido por Amato, que irritó a democristianos y socialistas con sus alusiones al sistema italiano como "régimen".
Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte -movimiento antipartidos radicado en Italia septentrional que hoy sería la segunda fuerza política del país, con el 19% de votos, a sólo un punto de la Democracia Cristiana, según el último sondeo publicado-, anunció que, antes de dos semanas lanzará una gran movilización en pro de la convocatoria de elecciones inmediatas.El trabajo que espera al presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, para intentar resolver la actual crisis se ha complicado hasta el límite, por todas estas razones. Y su objetivo primario de lograr la formación de un Gabinete provisional, que permita evitar las elecciones, hasta que se reforme la ley electoral en el sentido mayoritario señalado por el resultado del referéndum del pasado domingo, parece inalcanzable.
Una de las posibilidades que se habían barajado, la de encargar la formación del Gobierno a Mario Segni, el ex democristiano que se distinguió como promotor del referéndum, fue considerada ayer "superada" por su principal padrino, el citado Bossi. Segni, sin embargo, dijo ayer que aceptaría un eventual encargo de formar Gabinete.
Gobieno institucional
La segunda posibilidad, un Gobierno institucional designado e inspirado por el presidente Scalfaro, cuenta con pocas simpatías entre los democristianos y fue rechazada ayer explícitamente por los socialistas, que pidieron un Gobierno sustancialmente político y "no a plazo", es decir, no orientado a las urnas ni siquiera tras la aprobación del nuevo sistema electoral. El sondeo antes citado, realizado por Swg, un instituto de Trieste, para el semanario L'Espresso, da al Partido Socialista Italiano (PSI) sólo el 4,5% de los votos.
No obstante, las principales dificultades para el Gobierno institucional vinieron del PDS, al que el sondeo confiere una cuota electoral del 17,5%. Su líder, Achille Occhetto, consideró que ésa es la única fórmula de Gabinete viable. Pero añadió que debe apoyarse, no sólo en el presidente de la República, sino también en un acuerdo programático entre los partidos que la apoyen. Y ahí señaló las condiciones de su grupo: acuerdo previo sobre el tipo de reforma de la Ley Electoral, que el PDS está empeñado en que sea mayoritario a doble vuelta, y, sobre todo, un cambio sustancial de las políticas sociales, y en especial de la reforma sanitaria, introducidas por el anterior Gobierno.
Las posibilidades de que Scalfaro vuelva a encargar a Giuliano Amato la formación del Gobierno decayeron aún más desde que el primer ministro dimisionario hablara de crisis de un "régimen" basado en un sistema de "partido-Estado" durante el discurso inaugural de este debate.
Esa intervención, valorada como un intento del propio Amato de ofrecerse para dirigir el cambio político, fue rechazada ayer tanto por el secretario de la DC, Mino Martinazzoli -que sugirió que su grupo no seguirá colaborando con quien le tacha de "partido-Estado"- y por el portavoz socialista, Giusi La Ganga, que afirmó que la democracia italiana "no merece el calificativo despectivo de régimen".
Tales son los vetos cruzados que Bossi valoró, antes de concluir: "El país no aceptará un Gobierno para salir del paso. No creo que el sistema pueda aguantar, aunque tal vez lo intente. En el pasado, lo hizo el fascismo, pero sería un golpe blanco y no creo que el jefe de Estado pueda aceptar la parálisis. Así que habrá que votar".
Bossi añadió que la "movilización general" de la Liga comenzará tras la concentración que, en dos o tres semanas, convocará en Pontida, donde cada año reúne a sus huestes a conmemorar la primera Liga que los pueblos lombardos formaron para hacer frente a Federico Barbarroja, el 7 de abril de 1167.
De unas elecciones inmediatas resultaría un Senado, elegido por el sistema mayoritario ya aprobado en el referéndum, dividido entre la DC y la Liga, y una Cámara de Diputados, elegida por el viejo sistema proporcional, aún más fragmentada que la precedente. Las consecuencias de esa situación sobre un sistema estrictamente bicameral, en el que todas las leyes pasan por los dos niveles, serían un caos cierto.
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