La explosión en la planta nuclear de Tomsk-7 no dañó el medio ambiente, según el OIEA

La explosión, registrada el pasado día 6 en la instalación nuclear de la ciudad secreta de Tomsk-7, en Siberia occidental (Rusia), causó considerables daños físicos en la planta pero apenas tuvo consecuencias para el medio ambiente, según aseguró ayer, Burton Bennett, portavoz del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Una delegación internacional de expertos, entre cuyos miembros hubo un representante del OIEA, visitó el lugar del accidente y sacó pruebas de tierra, hierba, y nieve, que serán examinadas en el centro de investigación nuclear de Seibersdorf, cerca de Viena. Según Bennett, aún no se sabe si la planta ha quedado libre de plutonio pero se ha comprobado que no hay rastros de estroncio ni de cesio.

Sobre las causas del accidente, añadió que se trató de un fallo humano, ya que se inyectó una cantidad excesiva de ácido nítrico en un contenedor y así se produjo la explosión. Según Bennett, la única población que resultó contaminada fue Guerguiyevka, de unos 100 habitantes; los niños fueron trasladados a un lugar seguro para dos meses.

La agencia rusa Itar-Tass destacó que el nivel de radiación ascendió a entre el doble y el cuádruple de su valor normal, pero que está dentro de la norma tras descontaminarse la zona quitando la nieve de la carretera entre Tomsk y la ciudad de Samus.