Los 'cerebros' científicos de los países del Este aceleran su éxodo masivo a Occidente

La crisis económica en los países poscomunistas europeos y la dramática disminución del presupuesto destinado al desarrollo científico y tecnológico han aumentado dramáticamente la fuga de cerebros a Occidente. Los países más afectados por el éxodo de sus científicos e intelectuales son Bulgaria, Ucrania y Rusia, pero también otros que gozan de un mayor bienestar, como Hungría, que abandonaron 4.200 investigadores desde el fin de la era comunista, lo que representa un 15% de su comunidad científica. Sólo en Rusia, 90.000 cerebros emigraron en 1991.

Szilveszter Vizi, del Instituto de Medicina Experimental de la Academia de Ciencias Húngara, advierte que "es un problema extremadamente serio para toda la región, que pierde a sus mejores científicos". Vizi reconoce los aspectos positivos de la movilidad internacional para los efectos de capacitación y perfeccionamiento, pero el problema, según él, "es que muchos no regresan" y se quedan en Estados Unidos, Canadá o Alemania, los países preferidos de emigración.En el caso de Polonia, en la última década, un 9,5% de los científicos de ese país emigraron a Occidente. También se ha producido allí una fuga interna de cerebros, ya que, desde el término de la era comunista, un 15% de los investigadores ha abandonado sus especialidades para dedicarse a la economía privada.

En Bulgaria, según Daniela Bobeva, del Centro de Estudio para la Democracia, en Sofía "se puede hablar de una gran oleada de emigración de intelectuales". Desde el inicio de la reforma han abandonado el país 22.663 graduados universitarios, lo que representa un 26,3% del total de los emigrantes. Bulgaria es el país que tiene uno de los índices más altos de científicos en Europa. Por cada millón de habitantes hay 5.641 investigadores en activo, y "la ironía es que ahora comienza a haber escasez de ellos", termina Bobeva.

Los rusos, a Israel

En Rusia, sólo en 1991, 90.000 investigadores abandonaron el país, entre ellos ingenieros y especialistas en fabricación de armamento y del sector nuclear. El país de mayor imnigración soviética fue Israel, donde un 39% de los recién llegados poseía un grado académico, pero también Corea del Sur se ha beneficiado con la llegada de 155 científicos rusos, incluyendo ingenieros aeronáuticos especializados en aviones de guerra.El inmovilismo de la antigua jerarquía científica, la desmotivación y el bajo nivel de sueldos son, entre otras, las causas que han llevado a miles de académicos a abandonar sus países. Uno de los mayores problemas es que entre un 70% y un 80% de las investigaciones en ingeniería y tecnología no encuentran aplicación comercial en los países en reforma. Un estudio presentado recientemente en Viena, durante una conferencia sobre la fuga de cerebros desde Europa del Este, revela que un 90% de los científicos de la república checa considera que su programa de investigación no es efectivo.

Por otra parte, en Europa del Este hay problemas graves de estabilidad política y económica, por lo que los Gobiernos prestan atención a los asuntos urgentes y postergan los programas de reestructuración de la ciencia. Los ingresos económicos de los investigadores de los países poscomunistas apenas han mejorado desde 1989. Mientras en Hungría un científico con doctorado gana un promedio de 4.000 dólares al año, en Rusia el sueldo promedio anual es de unos 360 dólares.

El ministro sin cartera y director del Comité Nacional de Desarrollo Tecnológico (OMFB) de Hungría asegura que los científicos húngaros que han logrado reputación internacional fuera del país se ven enfrentados si regresan al inmovilismo de la jerarquía de los investigadores. "Tenemos que destruir el feudalismo en la estructura científica", dice.