Estados Unidos consulta con sus aliados occidentales el bombardeo de posiciones artilleras de los serbios

Estados Unidos mantenía ayer contactos con sus aliados occidentales para un eventual bombardeo aéreo de las posiciones artilleras serbias, mientras estaba prevista una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para la noche de ayer. "Tengo la esperanza de que la gravedad de la situación permítirá un consenso en la ONU", señaló el presidente de EE UU, Bill Clinton. Los avances serbios para la toma final de¡ enclave musulmán de Srebrenica han introducido un nuevo factor de tensión entre los países de la comunidad internacional, que se debaten entre defender sus intereses nacionales o atajar la matanza. El negociador de la CE en el conflicto, David Owen, se declaró ayer partidario de bombardear las líneas de aprovisionamiento serbias.

La Casa Blanca describió la inminente caída de Srebrenica como "un cambio a peor", pero recordó que seguía manteniendo su oposición a enviar tropas norteamericanas al territorio. Ante los nuevos ataques serbios, Clinton explicó que iba a iniciar conversaciones "para saber hasta qué punto los países aliados están dispuestos a tomar nuevas acciones".Mientras tanto, en la sede de la ONU en Nueva York los diplomáticos se preparaban para asistir a una reunión de urgencia para tratar los nuevos acontecimientos en Bosnia. El retraso en la votación de nuevas sanciones económicas para evitar que el presidente ruso, Borís Yeltsin, se vea perjudicado en el referéndum del 25 de abril, ha producido un gran malestar entre varios de los miembros del Consejo de Seguridad que ayer se despertaron con la noticia de la ofensiva serbia.

La escalada de las agresiones serbias contra los bosnios endurecieron la postura de los países que consideran que el Consejo de Seguridad pone en juego su credibilidad si no endurece sus medidas contra los serbios. Durante toda esta semana los países miembros del grupo de los no alineados (más Francia, Reino Unido y España) venían manifestando su preocupación de que los serbios interpreten las vacilaciones del Consejo como la confirmación de la incapacidad de la comunidad internacional para frenar su ocupación.

Frenar la matanza

"Ninguna de las medidas impuestas por la ONU contra los serbios ha conseguido frenar la matanza", explicó un diplomático europeo. "El Consejo de Seguridad ha impuesto zonas de exclusión de vuelo, ha hecho repetidos llamamientos de advertencia para que cesen los ataques que han servido de poco. Ahora, los serbios ven que la Federación Rusa consigue paralizar la resolución para aislarles con sanciones económicas. Existe el grave riesgo de que interpreten las vacilaciones de la ONU como una prueba de su invulnerabilidad", dijo.

La congelación de cuentas que Serbia tiene en el exterior de su territorio y el bloqueo fluvial a la entrada de mercancías son algunas de las medidas que se iban a votar el pasado lunes. Finalmente, la votación se aplazó hasta el próximo día 26, a que algunos miembros como Estados Unidos, pensaban que era mejor retrasarlas antes que soportar el desgaste que hubiera supuesto la presentación de un veto por parte de Rusia. La política del Consejo de Seguridad en los últimos tres años es no votar hasta que no se cuente con el compromiso de que la resolución prospere.

Por otra parte, David Owen señaló, en declaraciones a la BBC, que el Gobierno serbio de Belgrado estaba impidiendo la paz en Bosnia y que Estados Unidos y la Comunidad Europea deberían emplear medidas de presión drásticas.

"Si el Gobierno serbio no corta su suministro de combustible, munición y piezas de repuesto a los combatientes serbios en Bosnia, debemos intervenir desde el aire y acabar nosotros mismos con ese suministro", dijo Owerí.

El ministro de Asuntos Exteriores español, Javier Solana, se pronunció ayer por "la aprobación lo antes posible" de la resolución del Consejo de la ONU que refuerza drásticamente las sanciones económicas y políticas contra el régimen serbio que preside Slobodan Milosevic.