El Gobierno colombiano culpa a Escobar del atentado que ha costado la vida a 11 personas

El del viernes fue otro amanecer de tragedia y desolación en Bogotá. La explosión, en la noche del jueves, de un coche bomba cargado con 150 kilogramos de dinamita en el barrio de El Chicó, al norte de la capital colombiana, causó 11 muertos y 218 heridos, 84 de ellos graves. El Gobierno ha culpado del atentado al narcotraficante Pablo Escobar.

El vehículo, el séptimo que estalla en Bogotá en lo que va de año, estaba aparcado en un lujoso centro comercial. La zona estaba ayer acordonada por 350 soldados y policías. Aunque un comunicado gubernamental afirma que "los colombianos pueden tener la seguridad de que la sangre de inocentes que ha sido derramada por estos criminales encontrará en la acción del Gobierno decisión y firmeza", los seis millones de habitantes de esta ciudad sienten temor e incertidumbre. "En cualquier momento y en cualquier lugar puede estallar otro coche bomba", decía Emilse, dependienta de un almacén de ropa que quedó totalmente destruido.Un consejo extraordinario de ministros, convocado en la noche del jueves por el presidente César Gaviria, responsabilizó del atentado al aparato armado del fugitivo Pablo Escobar y, amparado en el estado de excepción en vigor desde noviembre, dictó un decreto que penaliza con 60 años de prisión -el doble de lo establecido para homicidio y lo mismo que rige para secuestro- a los autores intelectuales y materiales de actos terroristas. Los implicados en atentados no podrán beneficiarse de la rebaja de penas, aunque se rindan a la justicia. El terrorismo no se considerará delito político ni podrá ser objeto de negociación con la fiscalía.

Venganza de los "pepes"

En venganza por la explosión del coche bomba en Bogotá, el grupo paramilitar Perseguidos por Pablo Escobar (pepes) incendió en la madrugada del viernes propiedades de miembros del cartel de Medellín. Dos residencias del barrio El Poblado, de Medellín, al noroeste del país, y dos complejos campestres en las localidades de El Retiro y Ríonegro fueron destruidos con gasolina y dinamita.Aplicando el mismo método que utilizan desde el 31 de enero, cuando hicieron su aparición pública incendiando una finca de la madre de Escobar, los pepes permitieron la huida de los criados de las propiedades destruidas.

Los pepes retaron a Escobar a "librar una batalla frontal" y aseguraron que durante su acción "no caerá ni un solo inocente". En un comunicado distribuido a varias emisoras de Medellín, la organización paramilitar mantiene la consigna de hacer saborear a Escobar sus propios métodos de lucha.

Con evidente temor de que la confrontación entre el cartel de Medellín y los pepes pueda desbordar el clima de tensión, que parece haber llegado al límite, el Gobierno advirtió que las leyes antiterroristas también se aplicarán a los grupos paramilitares.

Los pepes han destruido 17 propiedades de Escobar y sus colaboradores sin que se sepa de la detención de ninguno de sus miembros que, según el director de Inteligencia, Fernando Brito, son antiguos miembros del cartel de Medellín "que se están enfrentando por ajuste de cuentas".