"El gasoducto magrebí mejora las relaciones Argelia-Marruecos"
Con Hacene Mefti cualquier periodista puede reconciliarse con la política. Es un hombre ama.ble, que responde a las preguntas con concisión y sencillez, no en vano es un profundo conocedor del sector energético, en el que se desenvuelve desde hace cerca de 30 años. Mefti está formado en la escuela político-técnica de la Sonatrach -la empresa estatal de hidrocarburos argelina-, a la que llegó en 1966, tras haber estudiado ingeniería electrotécnica en Dresden, Alemania. Ha desembarcado en el ministerio hace poco menos de un año, el pasado mes de julio, para sustituir a Ait Laussin. Con anterioridad había colaborado también con el Ministerio de la Planificación, en calidad de consejero, y trabajado como presidente del Fondo de Participación de Minas e Hidrocarburos.Su llegada al ministerio coincide con un episodio especialmente crítico de la historia de Argelia, marcado por un proceso de reconducción democrática. Pero ello no impide que se avance en la construcción del gaseoducto transmagrebí, que partiendo de Argelia, llegará a España, pasando por Marruecos y que debe estar acabado antes de 1995. Todo está a punto para que las obras de esta conducción de más de 1.300 kilómetros, empiecen después del verano.
Pregunta. ¿En qué situación se encuentra el proyecto del gaseoducto transmagrebí?.
Respuesta. Durante el segundo trimestre de este año empezaremos, cada uno por nuestro lado, la construcción del gaseoducto. Nuestros colegas los marroquíes tenían proyectado ser los primeros. Planeaban dar el primer golpe de pico para el 15 de abril y, en principio, nos habían invitado a asistir a este acontecimiento. Sólo quedan pendientes los detalles referidos a la concesión del préstamo de 1.500 millones de dólares, otorgado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), y cuyos trámites también están en la rectal, final. Con respecto a nuestro tramo, todo está a punto. Están convocados ya los concursos de ofertas para las obras., establecidos los pedidos, y prácticamente cerradas las negociaciones comerciales. Todo está dentro de los plazos previstos. En cualquier caso, todo tiene que estar acabado antes de que finalice 1995. Estamos pues dispuestos a ello.
P. ¿La delicada situación diplomática existente entre Argelia y Marruecos podría condicionar la construcción del gaseoducto?.
R. Con respecto a este punto no hay ninguna discrepancia. La unanimidad entre Marruecos y Argelia sobre el gaseoducto es total. Tenemos la misma sensibilidad. Es cierto, sin embargo, que existe actualmente entre Argelia y Marruecos una diferencia, surgida en torno a la interpretación de un problema regional común. Pero ésta es una cuestión cuyuntural, que será solucionada de una manera u otra. Y es posible que la solución llegue en un plazo breve. Pero en nada puede afectar a una obra, de esta envergadura, entre otras razones porque su origen no es político y porque esta fundamentada en bases económicas sólidas.Es una operación proyectada para que dure 25 años, y por ello tiene que ser más fuerte que todos los acontecimientos políticos. Pero además le digo que más que un obstáculo, el gaseoducto es una manera de mejorar las relaciones entre Argelia y Marruecos. Refuerza los vínculos, no los debilita. Es una muestra de nuestra entente, no de nuestros desacuerdos.
P. Como consecuencia de estas tensiones entre Argelia y Marruecos alguna prensa argelina ha sugerido un cambio de trazado. ¿Es ello viable?.
R. Cada periodista es libre de escribir lo que quiera. Lo importante es que los tres Gobiernos -Marruecos, España y Argelia- tomamos la decisión del trazado, después de unprofundo y serio análisis. Valoramos todas las cuestiones, desde los temas económicos a los hipotéticos riesgos, que fueron evaluados, aceptados y asumidos. Desde un punto de vista técnico, un enlace desde las costas argelinas a Alicante es posible y factible, pero tiene su precio. Y el principal inconveniente son las obras submarinas, excesivamente costosas. Tomamos, pues, una decisión definitiva, teniendo en cuenta su envergadura. No vamos ahora a cambiar de decisión, o a hacerlo dentro de seis meses. Cada día que pasa estamos más de acuerdo.
P. ¿La situación interna argentina puede significar un incremento de los riesgos políticos de este proyecto?.
R. La política de valorizaciánde los hidrocarburos no es de ahora. Se adoptó en los primeros años de nuestra independencia. Desde entonces, está política se ha ido enriqueciendo y diversificando. Pero las líneas fundamentales son las mismas. Me explico. Permanecen inalterables las decisiones de potenciar las exploraciones, aumentar la producción con el menor coste y exportar en las máximas condiciones favorables. Son principios que nunca han sido objeto de discusión, y no creo que pueda haber discrepancias con respecto a ellos. No creo, pues, que estos principios puedan quedar afectados por lo que pasa en el interior del país.
P. El proyecto de asociación internacional para la explotación de yacimientos ya existentes, diseñado por el anterior jefe de Gobierno, parece paralizado. ¿Es que ha fracasado esta tentativa?.
R. Este proyecto no está parado y no tenemos intención de pararlo. La formación del actual Gobierno coincidió con la llegada de las primeras ofertas. El jefe del Ejecutivo, sin embargo, juzgó que las propuestas no eran satisfactorias. Proseguimos las negociaciones. Nos hemos dado cuenta de que se, trata de una operación compleja, que al menos tiene una duración de 25 años, también. Se trata, pues, no de un contrato comercial, sino de un proyecto petrolero industrial. Para llevarlo a término hay que poner en marcha todos los medios. Tal vez fuimos muy optimistas en un principio. Todo ello puede dar la sensación de una cierta paralizacion; pero, al contrario, es una buena prueba de nuestra seriedad. Los primeros resultados de esta operación se conocerán a finales del próximo mes de mayo.
P. ¿La dinámica de asociación internacional, en la que se encuentra inmersa la industria argelina, podría desembotar a su vez en la internacionalización de la empresa estatal de petróleos Sonatrach?.
R. Por el momento, las acciones de Sonatrach están en poder del Estado. No hemos pensado nunca en traspasar una parte de la empresa. Pero Sonatrach es ya internacional. Pero no entendemos la internacionalización, a través de un proceso de privatización.
P. ¿Cuál es el balance de las relaciones con España, en su sector?.
R. Estamos satisfechos de las relaciones entre España y Argelia. Los expertos se conocen, actúan con profesionalidad, defienden sus intereses y los de sus asociados. Nos felicitamos por la calidad de esta relación, que juega un papel de animador en las dos orillas del Mediterráneo.
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