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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ingeniería poética

Aire armado titula su último trabajo escultórico Isabel Garay (Muzquiz, 1946), y es un buen título para describir su estructura metálica modular, realizada a partir de cubos transparentes soldados, alguna de cuyas posibles construcciones ya tuvimos oportunidad de contemplar en Arco. No obstante, con un espacio ahora más desahogado, Garay puede no sólo mostrar más, sino hacerlo mejor, el desarrollo de su idea modular. Así, ya sea formando una compacta pieza exenta, donde se agranda la figura del cubo a base de las múltiples unidades modulares, o bien pegada a la pared como un pilar o carril, Garay nos muestra variables diversas que ponen en evidencia figuras, usos y funciones posibles, pero marcadas todas ellas por la cualidad de la transparencia, la circulación del aire efectivamente armado.De entrada, no puede uno sino evocar aquí los precedentes minimalistas, aunque con esas licencias características de nuestro momento, que burlan el dogmatismo idealista de antaño, como, por ejemplo, no oponer lo artesanal a lo industrial ni tampoco temer que lo abstracto se contamine con impuras situaciones muy concretas y libres; en definitiva,: muy personales.

Aire armado

Isabel Garay. Galería Edurne.Marqués de Villamejor, 3. Madrid, hasta el 30 de abril.

Es posible que el espectador de la actual instalación de Garay no pueda percibir tan fácilmente, sin el conocimiento previo de su trayectoria, esa impronta personal, que es, además, muy sensible, pero, al menos para mi, es ahí donde adquiere su mayor interés. Garay ha estado de siempre volcada en la experimentación de materiales y situaciones, pero sin renunciar a las vivencias sensibles, que ponen en valor la tactilidad, la textura, el color, como ecos de una memoria pictoricista subterránea. La propia idea del aire que ahora maneja demuestra esa experimentación corporal del espacio, que termina siendo atmósfera, algo que se percibe físicamente y que vibra. Se trata, en fin, de una especie de ingeniería poética, más musical y plástica que matemática.

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