La banca se opone a ceder el control de sus fondos de pensiones como propone el PSOE
La banca ha acogido con sorpresa las enmiendas presentadas por los senadores socialistas Ramiro Cercos y Sergio Moreno al proyecto de ley del Seguro Privado. Las enmiendas establecen la obligación, por parte de todas de las empresas, de constituir fondos de pensiones externos -controlados por una comisión en la que son mayoría los sindicatos-. Hasta ahora, el proyecto aceptaba que la banca, como excepción, controlara y gestionara los fondos de las pensiones de sus empleados. Fuentes bancarias atribuyen a razones políticas la presentación de las enmiendas en el Senado.
A 31 de julio de 1992, las dotaciones de la banca para pensiones se acercaban a los 800.000 millones de pesetas. Las enmiendas del PSOE a la Ley del Seguro, presentadas el jueves 1 de abril tras intensos contactos con los sindicatos, sitúan el proyecto en los términos en que fue redactado por Economía en septiembre de 1992.Aquel primer borrador también recogía la obligación de todas las empresas, sin excepciones, de convertir los fondos internos (los que tiene la banca) en externos. Tras oír las alegaciones de las entidades financieras, Economía aceptó el carácter excepcional de los fondos internos en las entidades de crédito en el proyecto de ley que ahora se tramita en el Senado. Los bancos argumentaron, entre otras cosas, el derecho a gestionar los fondos que dotan.
El secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, dio por cerrada la polémica a finales del pasado año. El proyecto de ley recoge el carácter excepcional de los fondos internos de las entidades de crédito, porque están sometidos al control directo de organismos públicos como el Banco de España, la Dirección General de Seguros o la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
CC OO y UGT, que siempre se opusieron a la excepcionalidad para la banca, han conseguido, tras los contactos mantenidos con el Grupo Parlamentario Socialista, encabezado por Eduardo Martín Toval, la presentación de una varias enmiendas al polémico texto de ley, que reabren la polémica. Las enmiendas, presentadas por los senadores por Soria y Cádiz respectivamente, Cercos y Moreno, pretenden que los bancos, las cajas y las sociedades de valores transformen -no se fijan plazos- sus fondos de pensiones internos en fondos externos. Fuentes bancarias, que prefieren mantener el anonimato, comparan lo sucedido en el proyecto de Ley del Seguro Privado -que regula los fondos de pensiones- con la polémica suscitada en la Ley de Huelga.
Una sorpresa
El Ministerio de Economía ha declinado pronunciarse sobre las enmiendas. Más explícita, la Asociación Española de la Banca Privada (AEB) ha asegurado que precisa tiempo para evaluar su trascendencia. No obstante, un portavoz de la Asociación ha reconocido que las modificaciones son "una sorpresa".Por su parte, el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) ha reiterado que su posición es de firme defensa de los fondos internos "ya que tal y como están regulados los fondos externos, priman los intereses de los sindicatos sobre los de las empresas y no hay neutralidad en la gestión". Más rotundo, el secretario general del Banco Popular, Manuel Martín, asegura que la entidad será "beligerante" en la defensa del derecho de las entidades a controlar el dinero que destinan a provisionar las futuras pensiones.
Las diferencias entre los fondos externos y los internos son grandes. Los externos son controlados por una comisión constituida por la empresa y los sindicatos, en la que estos últimos tienen mayoría. Las dotaciones para los fondos externos están exentas del impuesto de sociedades. En este tipo de fondos, la titularidad de los activos corresponde al beneficiario, es decir, a los empleados.
Los fondos internos, por el contrario, son gestionados por las empresas. Están sometidos al pago de impuestos (35%), pero la empresa recupera el tributo cuando hace efectiva la pensión. De acuerdo con una circular del Banco de España de noviembre 1991, las entidades pueden contabilizar en sus balances (activar), como reservas, los impuestos que deben pagar en el plazo de diez años y que finalmente les serán devueltos.
La activación, un apunte contable, supone en la práctica contar con mayores fondos para cubrir operaciones. La titularidad del fondo no es del trabajador, sino de la empresa. En este caso, si el trabajador abandona la empresa antes de su jubilación, pierde su derecho al plan. Casi la práctica totalidad de los bancos (excepto Banco Exterior y Banco de Sabadell) y más de la mitad de las cajas, entre ellas las más importantes, se acogieron en su día a la fórmula del fondo interno.
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