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GUERRA EN LOS BALCANES

Morillon viaja a Srebrenica tras romper los serbios el precario alto el fuego

El comandante de las fuerzas de Naciones Unidas (Unprofor) en Bosnia, Philippe Morillon, salió ayer de Sarajevo rumbo a Srebrenica nada más recibir un informe sobre nuevos ataques artilleros serbios sobre esta localidad de Bosnia oriental y anunció que entrará y permanecerá allí indefinidamente. Una hora después de la inesperada salida de Morillon de Sarajevo, unidades de una brigada canadiense partieron desde Visoko para encontrarse con su comandante francés e intentar juntos la entrada en Srebrenica.

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La nueva iniciativa de Morillon tiene como objetivo establecer una presencia militar internacional en Srebrenica e impedir así nuevos ataques que podrían culminar en una rápida conquista de la ciudad. Tras la última resolución de las Naciones Unidas, el mando de los cascos azules parece por primera vez decidido a impedir que las fuerzas serbias prosigan con su avance y su política de lechos consumados."Si Srebrenica cae en manos serbias, toda la operación le las Naciones Unidas en Bosnia habrá de ser reconsiderada", declararon ayer a EL PAÍS en Sarajevo medios del cuartel general de Morillon. Con el intento de establecer una presencia militar permanente de cascos azules en Srebrenica, las fuerzas internacionales lanzan un reto sin precedentes a las fuerzas serbias que consideran esta ciudad como un objetivo militar prioritario para concluir con la limpieza étnica en Bosnia oriental.

De este modo, consolidarían la unidad territorial de sus territorios en el sur y el este de esta república con Serbia.

La operación fue decidida por el general al tener conocimiento de que la promesa del mando serbio de no atacar Srebrenica, que personalmente había recibido a las doce del mediodía del martes, había sido violada masivamente Pocas horas más tarde. Al menos 30 granadas cayeron en las calles de Srebrenica en las que se hacinan mas de 40.000 refugiados llegados de toda la región de Bosnia oriental.

En Sarajevo no se tenían aún cifras fiables sobre víctimas del último ataque a Srebrenica, pero se supo que las fuerzas canadienses que partieron ayer hacia esa ciudad portaban suministros extraordinarios de morfina. El cuartel general de Unprofor en la localidad bosnia de Kiseljak, fuera del cerco serbio a la capital, emitió un comunicado en el que advertía a las autoridades serbias en Pale de su responsabilidad en el deterioro de la situación en Srebrenica y "sobre la grave evolución a que puede llevar esta situación".

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En contraste con las críticas que recibió el general francés por una iniciativa personal en esa ciudad hace dos semanas, esta vez cuenta con pleno apoyo del cuartel general de las Unprofor en la antigua Yugoslavia establecido en Zagreb. De lograr imponer a las fuerzas serbias la presencia militar internacional en Srebrenica, la mediación arrancaría a las fuerzas bosnias el permiso para llevar adelante la evacuación de 15.000 civiles.

Morillon partió con ocho oficiales y tres vehículos acorazados franceses.

Aviso a los sitiadores

El martes pasado no pudo comenzar la evacuación de Srebrenica por la oposición de los mandos militares bosnios locales que consideraban la operación una ayuda del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a la limpieza étnica serbia pese a que gozaba de la aprobación del presidente de Bosnia-Herzegovina, Alia Izetbegovic.Un comunicado emitido ayer por Unprofor informa al cuartel del líder serbio de Bosnia, Radovan Karadzic, de que las tropas canadienses "cruzarán la línea de confrontación a las ocho de la mañana" de hoy, en referencia a las últimas líneas del cerco a esta ciudad. El cuartel de Unprofor en Sarajevo negociaba ayer con las fuerzas serbias para impedir nuevos bloqueos y obstrucciones a Morillon y a los cascos azules canadienses. Ayudantes del general francés calificaban ayer de "probables" las dificultades.

Morillon intentó hablar con el general Ratko MIadic, principal responsable de las tropas serbias en Bosnia, pero no pudo hacerlo porque le dijeron que "MIadic se fue a Moscú". No obstante, el viaje a la capital rusa en el que MIadic debía acompañar al líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, fue aplazado.

Tanto Karadzic como el régimen de Belgrado apuestan abiertamente por una derrota del presidente de Rusia, Borís Yeltsin, en el referéndum de finales de este mes y por el fortalecimiento del poder de una línea más dispuesta a apoyar la política de los irregulares serbios.

Por otra parte, en Sarajevo parecía cercana también la ruptura del alto el fuego con nuevos bombardeos serbios sobre barrios musulmanes cercanos al aeropuerto de la capital bosnia y una reforzada actividad de los francotiradores. Cuatro personas resultaron muertas y siete más heridas en la capital bosnia en la noche del martes al miércoles, según informaron fuentes del ACNUR.

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