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GUERRA EN LOS BALCANES

El Consejo de Seguridad da vía libre para que la Macedonia ex yugoslava entre en la ONU

El Consejo de Seguridad respaldó ayer por consenso la entrada en las Naciones Unidas, con el nombre provisional de Antigua República Yugoslava de Macedonia, del Estado que tiene su capital en Skopie. Será ahora la Asamblea General la que apruebe, tal vez hoy mismo, la admisión definitiva. La decisión se produce después de que Grecia y la república balcánica aceptaran sentarse a la mesa de negociaciones, la próxima semana, para acordar un nombre y una bandera que no despierten las susceptibilidades de Atenas.

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Las conversaciones se iniciarán el lunes en Nueva York bajo los auspicios de los mediadores Cyrus Vance y David Owen, este último a punto de ser sustituido por el ministro noruego de Exteriores, Thorvald Stoltenberg. Este diálogo puede ser el capítulo final de una guerra diplomática que ha durado 15 meses.Grecia considera inaceptable el uso de la palabra histórica griega Macedonia (nombre que también tiene la provincia fronteriza con la república balcánica) para designar el nuevo Estado independiente que surgió tras la desintegración de Yugoslavia y que los griegos denominan República de Skopie.

Atenas teme que el nombre pueda desatar una reivindicación territorial alimentada por los nacionalistas de Skopie, que hablan de una supuesta nación Macedonia sometida en territorio griego y que llegaría hasta el puerto de Salónica.

Por este motivo, y durante 15 meses, Atenas bloqueó el reconocimiento internacional de la república. Sin embargo, el primer ministro griego, Constantino Mitsotakis, decidió despejar el camino hacia las negociaciones. La semana pasada, dijo en el Parlamento que su Gobierno podría aceptar el plan de la ONU, diseñado por los países de la Comunidad Europea presentes en el Consejo de Seguridad (Francia, España y el Reino Unido) o bien cerrar su frontera septentrional y posiblemente implicarse en la guerra étnica que sacude los Balcanes. "Nunca daré este segundo paso", señaló el dirigente conservador.

La iniciativa tomada ayer por el Consejo de Seguridad fue bien acogido por el Gobierno griego. "Yo no hablaría de victoria", dijo el ministro de Exteriores, Mijalis Papaconstantinos, "sino de una evolución que satisface a mi país. El primer acto ha terminado. Ahora comienzan las negociaciones duras".

Las cuatro lobas

Papaconstantinos viajará esta semana a Nueva York, hacia donde ha salido ya el presidente de la república de Macedonia, Kiro Gligorov. Ambos tratarán de establecer medidas de confianza y llegar a un acuerdo sobre el nombre y los símbolos que adoptará el joven Estado.

La llamada república de las cuatro lobas, históricamente asediada por Bulgaria, Albania, Serbia y Grecia, ha tenido que acatar, por lo pronto, la exigencia de Atenas de no usar la bandera adoptada tras su independencia de Yugoslavia, ya que usurpa, según los griegos, símbolos de su propia historia, como la estrella de 16 puntas de Vergina, capital de la Macedonia de hace 2.500 años.

La flexibilización de la postura griega ha granjeado al Gobierno conservador duras críticas de la oposición socialista, que le acusa de llevar al país "a una derrota diplomática" y a tener que aceptar que dicho "engendro" lleve al menos un derivado del término Macedonia, un concepto puramente griego, según reclama Atenas, ya que los eslavos que poblaron la Macedonia yugoslava lo hicieron seis siglos después de Alejandro Magno, rey de Macedonia.

Mitsotakis tuvo también que hacer frente a dos manifestaciones multitudinarias en Atenas y en Salónica, capital de la región griega de Macedonia. Cientos de miles de personas se declararon dispuestas a tomar las armas para defender el territorio griego contra toda ambición expansionista de Skopie.

El Gobierno de Atenas insiste en que los habitantes de la vecina, república deben dejar de denunciar la existencia de una supuesta minoría eslavo-macedonia, tanto en Grecia como en la vecina Bulgaria (Macedonia de Pirinska).

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