El canciller Kohl se cura en salud

J. M. MARTÍ FONT El Gobierno de Bonn optó ayer por denunciarse ante los tribunales. En una curiosa decisión, el Gabinete de coalición presidido por el canciller Helmut Kohl aprobó sumarse a las medidas de control para hacer efectivo el embargo aéreo sobre Bosnia-Herzegovina, al mismo tiempo que denunciaba su propia decisión ante el Tribunal Constitucional de Karsruhe.

Hasta la fecha, los aviones AWACS de la OTAN, estacionados en Alemania y con una alta proporción de soldados alemanes entre sus tripulaciones, han patrullado sobre el Adriático. Mientras se trataba sólo de misiones de observación no hubo problema, ya que se efectúan sobre territorio de la OTAN. Pero desde que, el pasado lunes, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó a la OTAN para imponer el embargo aéreo sobre Bosnia, la situación ha cambiado.

Si llega a producirse el derribo de un avión que viole la zona de exclusión aérea, gracias a las informaciones procedentes de los AWACS, se podría estar violando el artículo 26 de la Constitución que prohíbe "una guerra de agresión".

La decisión adoptada ayer por el Gobierno, pese a que pueda parecer absurda, no lo es tanto. Según fuentes del Partido Liberal, que se encuentra dividido sobre el asunto, forzar al Tribunal Constitucional a pronunciarse sobre el tema podría evitar la reforma de la Ley Fundamental y, de paso, hacer inútil la oposición de los socialdemócratas que se niegan a claudicar ante lo que consideran que abriría las puertas a la remilitarización de Alemania.