"En España falta sensibilidad social hacia la ciencia"
Belén Gavela, que tiene un excelente bagaje de publicaciones de física teórica e investigaciones en Estados Unidos, Francia, España y en el CERN, recuerda que fue el ansia de comprender el mundo lo que la llevó a estudiar física en la Universidad Autónoma de Madrid. Se dedica a estudiar las partículas elementales, a proponer teorías para avanzar en el conocimiento del universo y a interpretar los datos experimentales como los del gran acelerador de partículas construido en un túnel junto a Ginebra.
Pregunta. ¿Cómo ven los españoles la ciencia?
Respuesta. No hay aún mucha sensibilidad social hacia la ciencia; no ha calado todavía la idea de que es un elemento fundamental de la cultura del siglo XX, y se piensa que ésta se limita al arte o a la filosofía. Me da rabia que, a veces, cuando digo que soy investigadora, me pregunten: "¿Ah, estás en la policía?", y si digo que hago física, me comentan: "Ah, gimnasia".
P. ¿Cómo es su trabajo?
R. Apasionante. Me dedico a la teoría guardando un contacto con los experimentos, tratando de entender cosas que no funcionan bien en el modelo que tenemos para explicar cómo las partículas elementales -los electrones, los quarks- forman el universo. Alguna vez me permito soñar un poco más y trabajo en temas de cosmología; por ejemplo, imaginando un universo que empezó con más de cuatro dimensiones o estudiando la relación entre materia y antimateria.
Discriminación de la mujer
P. Acaba de visitar, por vez primera, la zona experimental Aleph del gran acelerador LEP, que está casi bajo su despacho. ¿Tan alejado está un físico teórico de los experimentos?
R. Yo utilizo los datos de los experimentos de LEP, los registros de las interacciones de las partículas al chocar en el acelerador, aunque no trabaje en las máquinas. Trato de explicar teóricamente los datos obtenidos e imaginar hasta dónde se puede avanzar haciendo nuevos experimentos. Ser de Madrid y no ir al Museo del Prado tampoco es razonable. A veces no he podido ir a los experimentos, porque estaba embarazada y no podía bajar a las zonas donde hay más radiación.
P. ¿Es dificil el mundo de la ciencia para una mujer?
R. El porcentaje de mujeres en el CERN es ínfimo. En la división de teoría hay más de 160 investigadores y, contando becarias y estudiantes, somos menos de diez. Tal vez se debe a que es un centro de élite y a las mujeres les cuesta más ser aceptadas en ellos, porque esta sociedad se fia menos de las mujeres en algo que significa jerarquía e influencia.
Hay pocas mujeres en ciencia, en general, y el problema empieza con la educación. De pequeña me decían que no es femenino estudiar matemáticas. En Francia, Italia y España está aumentando el porcentaje de mujeres en física de altas energías, incluso más que en el resto de Europa. Mi experiencia es que las mujeres que entran en esto están tan interesadas y hacen tanto esfuerzo que son muy buenas científicas. Somos tan competitivas como los hombres, porque si no, no sobrevives.
P. ¿Están discriminadas?
R. Sí. Como hay machismo en la sociedad, lo hay en el mundo de la ciencia. Pero no exageremos: pueden dudar de ti al principio, pero, cuando muestras que haces un trabajo serio, es reconocido. Unas colegas americanas tienen un cartel que dice: "Las mujeres tienen que hacerlo el doble de bien que los hombres para ser consideradas la mitad de buenas". Por otro lado, ser un científico no significa no ser una mujer normal. Estoy casada, tengo dos hijos, una familia, amigas y amigos con los que hablo tanto de cosas serias como de trapos...
Dejar el CERN, un suicidio
P. ¿Qué diría a los jóvenes para. animarles a entrar en el mundo de la ciencia?
R. Que estén dispuestos a meterse en una aventura para explorar terreno nuevo, porque de eso se trata en la investigación científica. Y que estén dispuestos a coger las maletas cuando haga falta e irse a otro país, no puedes quedarte en un sillón. La ciencia se aprende en los libros, pero también hay que estar donde se esté investigando, en España o en cualquier parte del mundo.
P. ¿Qué nivel tiene la física de partículas en España?
R. En física teórica estamos bien, tenemos tradición y somos respetados a nivel mundial. La física experimental española es más joven, pero, si preguntas a los expertos del CERN, te hablan maravillas de lo bien que lo están haciendo los españoles. Son pocos aún, tienen poco apoyo y merecen mucho más.
P. ¿Cómo ve el intento de España de reducir su cuota en el CERN y cambiar varios aspectos de la organización?
R. Hay que seguir siendo miembro de pleno derecho del laboratorio, porque tener una banderita en un organismo internacional y decir que somos muy europeístas no significa apoyar a la ciencia. Limitarnos a figurar sería una barbaridad, caro e inútil para el país. Hay que estar del todo en los proyectos de primera línea y suplir rápidamente las carencias históricas que tiene España en ciencia. Todo aislamiento, incluso parcial, en este preciso momento sería un suicidio científico y tecnológico.
P. España argumenta en el CERN dificultades financieras.
R. ¡Pero si el dinero que se dedica a ciencia es una fracción mínima del producto interior bruto del país, no llega al 1 %! Formar a los científicos lleva tiempo, y los frutos no se ven al día siguiente de empezar, sino a los 10 o 20 años, pero a la larga eso significa desarrollo económico.
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