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El actor Mel Gibson se dirige a sí mismo

El intérprete australiano debuta como realizador en 'El hombre sin rostro'

Andrés Fernández Rubio

Mel Gibson ofreció ayer en Madrid una rueda de prensa para presentar la película Eternamente joven, que se estrenará el viernes. El actor aburrió con una voz magnífica, y su repertorio de muecas quedó patente al masticar con gran ostentación un caramelo mientras hablaba o al hurgarse en público los dientes con una cerilla. El actor explicó que se ha dirigido a sí mismo en su primera película, El hombre sin rostro, la historia de un personaje con la cara quemada que, sin embargo, tiene buen corazón.

O no comprendía, o Gibson contestaba lo que le parecía. Por ejemplo, a la cuestión sobre si no estará malgastando su carrera devorado por la complaciencia de Hollywood, el actor de El año que vivimos peligrosamente respondió: "Espero que mi carrera futura me depare lo mejor, y hay tiempo por delante... Como actor tengo puntos flojos y fuertes, y entre estos está el hacer cosas que siendo difíciles parezcan fáciles, porque precisamente cuando se ve el engranaje es precisamente cuando las cosas no están funcionando como debieran".Tenido por uno de los actores más reaccionarios de Hollywood, que rechaza los métodos anticonceptivos y cree que la Iglesia está corrompida, Gibson mantuvo que en sus películas, entre ellas la sanguinaria serie Arma letal, no ha traspasado los límites de la violencia. "Desde su nacimiento, el cine ha servido para divertir", dijo, "y desde que se empezaron a escribir obras y guiones se introducen elementos como, por ejemplo, la comisión de un crimen, para trascender la frontrera de lo moral y basar en ello el desarrollo de esa historia. Lo que ocurre es que en cine se puede ir demasiado lejos, más allá de lo que a uno le gustaría. Creo que en mis películas no he ido más allá de los límites que yo mismo establezco en mi vida y que establece mi juicio moral".

En Eternamente joven, de Steve Miner, Gibson interpreta a un joven que es congelado en los años cuarenta en un experimento y vuelve a la vida por casualidad en los noventa. Gibson llegó a citar ayer a Frank Capra diciendo que le hubiese gustado Eternamente joven, película que sirve de escape, con sus elementos de fantasía, "al cinismo de los noventa".

Sobre El hombre sin rostro, que acaba de dirigir, Gibson contó que ha trabajado con dos niños, y destacó la inocencia con la que se aproximan a sus emociones. "Los mejores actores procuran volver a esa edad", dijo. Y añadió que sintió temor al meterse en el mundo desconocido de la dirección, siguiendo los pasos de actores como Robert Redford o Paul Newman.

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