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La Fundación Miró afronta el año del artista con un estrecho presupuesto

El Salón Sant Jordi del Palacio de la Generalitat de Cataluña rebosaba ayer de políticos, intelectuales, artistas y curiosos. Era la presentación oficial de los actos conmemorativos del centenario del nacimiento de Joan Miró, un centenario en el que la Generalitat quiere llevar la iniciativa con la declaración de 1993 como Año Miró. Una comisión especial, dirigida por Vicenç Altaió, se ha encargado de coordinar las más de 300 actividades que se celebrarán en Cataluña durante este año. La exposición más importante la organiza la Fundación Miró barcelonesa, entidad que cada año debe limitar sus actividades por falta de presupuesto.

La celebración del Año Miró en Cataluña parte de una paradoja inicial. La iniciativa de la Generalitat de declarar el Año Miró, la creación de una comisión para coordinar todas las actividades programadas y la avalancha de actos y exposiciones que se anuncian durante los próximos meses-cuyo coste conjunto, que asumen los distintos organizadores, alcanza los 1.500 millones-, parecen reflejar una especial sensibilidad hacia Joan Miró y el arte en general. Sin embargo, desde hace años la Fundación Miró de Barcelona tiene problemas de presupuestos y continuamente debe limitar sus actividades.

"La mejor herencia"

Eduard Castellet, presidente de la entidad lamenta que las actividades del centenario no se concreten en una mayor sensibilidad hacia la voluntad de Miró. "La mejor herencia que donó Miró a Cataluña es esta fundación y nos gustaría que este centenario sirviera para que todos reflexionáramos sobre el futuro de la fundación que ha demostrado, y volverá a hacerlo con la exposición antológica que prepara, que hace las cosas bien", indicó Castellet con posterioridad al acto oficial.La entidad funciona con un presupuesto ordinario que no alcanza los 300 millones de pesetas y cuenta con una subvención de 50 millones de pesetas del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat, respectivamente. Esta última institución ha aportado, excepcionalmente, 35 millones más para la celebración del centenario.

La presentación oficial de los actos del Año Miró, tuvo de todo: parlamentos oficiales, pase de imágenes del artista, recital de textos mironianos e, incluso, un número de magia a cargo de Hausson, amigo del artista. Con todo, la faceta artística de Miró cedió pasó en esta ocasión a su condición de catalán. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, aprovechó la figura artística de Miró para ensalzar los valores de amor a Cataluña y al trabajo "bien hecho". [Por otro lado, Francisco Luzón, presidente de la coproración bancaria española Argentaria firmó ayer con el MOMA de Nueva York un acuerdo para patrocinar totalmente la exposición retrospectiva dedicada a Miró, que se inaugurará el 14 de octubre, informa Efe).

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