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"Lo primero es la independencia del Banco de Francia"

ENVIADO ESPECIALNo es ministro, pero habla con la seguridad de quien sabe que dirigirá la economía de Francia a partir de abril. Para lograrlo debe pasar antes por un trámite: que las elecciones del 21 y 28 de marzo confirmen lo que dicen las encuestas, que la victoria del centro-derecha es imparable.

Pregunta. ¿Cuáles son las medidas económicas urgentes previstas para 1993 y 1994?

Respuesta. Nos espera un calendario duro en 1993. Tendremos que definir a fondo la situación, restaurar la confianza y, sostener la actividad. Vamos a heredar una situación preocupante y pienso que todos los franceses son conscientes, ya que el estado de opinión es una prueba diaria de ello. Las bombas de efecto retardado están ahí: los déficit públicos y sociales.P. Es abril, ustedes están instalados ya en el palacio Matignon, ¿qué hacen en concreto?

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R. Tres medidas concretas, dirigidas a restablecer la confianza. En primer término votaremos una ley para asegurar la independencia del Banco de Francia. Los operadores de los mercados de cambios deben saber que la política monetaria prevista a medio plazo será una política sistemática de defensa del franco, independientemente de toda presión exterior. Enseguida anunciaremos un programa plurianual del gasto público sobre la base de una premisa: el gasto del Estado y las corporaciones locales no deberá aumentar más rápido que la inflación. A los agentes económicos les digo una cosa concreta: no habrá patinazos en la situación financiera del país. Tienen que convencerse de ello. Vamos a consolidar el ahorro, que es muy líquido. El objetivo es movilizar el ahorro a largo plazo a favor de la inversión, porque esto último es lo que más necesita la economía francesa para volver a crear empleos. Además, la plataforma UDF-RPR prevé un mecanismo de incentivos del ahorro a largo plazo de modo indiferenciado. Los mercados financieros, pienso, van a verse alimentados por esa medida, lo que también va a contribuir a la flexión de los tipos de interés, ayudará a sostener al sector inmobiliario, reforzará los fondos propios de las empresas y contribuirá al mejoramiento del empleo...

P. ¿Esta será, entonces, la reactivación?

R. Para sostener la actividad e impedir el empeoramiento del desempleo no creemos necesario practicar una reactivación presupuestaria. En cambio, sí apoyaremos a los sectores en crisis, tales como la construcción y las obras públicas, las pequeñas y medianas empresas y la agricultura.

P. De dónde saldrán entonces los recursos? El programa de privatizaciones, por ejemplo, ¿cuánto puede aportar?

R. En la primavera estará en marcha un ejercicio de regulación presupuestaria, con recortes del orden de 20.000 millones de francos (unos 440.000 millones de pesetas). Esperamos obtener ayuda de un programa de privatizaciones cuya puesta en práctica arrancará desde 1993. Personalmente, estimo que podríamos reunir 20.000 millones de francos. Y a partir de 1994, contando un año completo, dicho volumen puede situarse entre 40.000 y 60.000 millones de francos (entre 880.000 millones y 1,3 billows de pesetas).

P. ¿La lucha contra el desempleo será la prioridad absoluta del nuevo Gobierno?, ¿qué medidas adoptará para reducir el nivel de tres millones de parados?

R. Sí, el programa de Gobierno UDF-RPR, que yo he contribuido a elaborar, establece una prioridad absoluta: conseguir que nuestro país pueda volver a crear empleos. En este campo no hay recetas mágicas, pero tampoco fatalismos. Primero es necesario crear un entorno favorable al empleo. La movilización del ahorro a largo plazo a favor de la inversión, la baja de los tipos de interés, el alivio de la carga de las empresas y el reforzamiento del aparato productivo harán volver a Francia al camino del empleo. Esto no lo conseguirá el reparto de trabajo que proponen los socialistas. En cambio, necesitamos que las empresas se movilicen a favor del aprendizaje industrial. Se firmarán contratos entre las empresas y las corporaciones públicas (Estado-regiones). Las primeras estarán implicadas masivamente en este nuevo objetivo. Porque, a cambio, el Estado se hará cargo, progresivamente, del financiamiento de la política familiar que las empresas soportan ahora injustamente. Tenemos un objetivo ambicioso y realista a la vez: 250.000 contratos en cinco años.

P. Una de las primeras medidas, según dice, sería votar la ley de independencia del Banco de Francia. ¿La nueva política se basará en el mantenimiento de la paridad franco / marco?

R. Sí, absolutamente. Porque los datos fundamentales comparados entre Francia y Alemania no justifican en nada una devaluación del franco. Por eso he insistido personalmente en que debíamos tener una posición sin ambigüedades, en el programa, en defensa del franco. Hemos de comprometer todos los medios, digo bien, todos los medios necesarios para mantener el valor de la moneda en el mercado de cambios a corto y medio plazo.

P. Y ello, ¿no compromete el objetivo de bajar los tipos de interés?

R. El año pasado, los tipos alemanes eran muy elevados y la economía alemana aún estaba creciendo. Después ha entrado en recesión. Los tipos alemanes han bajado, y pienso que esteproceso continuará a lo largo de todo 1993. Creo que las leyes del mercado están actuando y también pienso que el Bundesbank no podrá permanecer insensible a la degradación de la situación económica y social alemana. Por lo que respecta a nosotros, el diferencial de inflación es favorable a Francia. Por tanto, deberíamos tener, lógicamente, tipos de interés inferiores a los de Alemania. Si son más altos es por el proceso de anticipación a la devaluación del franco que ha tenido lugar en los últimos meses. Pero si nos comprometemos con firmeza, como está previsto en el programa, a favor de mantener la paridad franco / marco y arropamos con credibilidad esta política, las presiones sobre los mercados de cambio habrán de cesar.

P. ¿Hay algún escenario de aceleración de la unión monetaria franco-alemana?

R. Hemos incluido en nuestro programa la voluntad de reactivar el diálogo franco-alemán, especialmente sobre el dossier monetario, porque pensamos que de la concertación franco-alemana puede venir una baja de los tipos de interés.

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