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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Marginales

Enrique Buenaventura es uno de los grandes autores latinoamericanos de los últimos años; y director, y escenógrafo. Y de los más perseguidos en su país, Colombia. Es la figura principal del Teatro Escuela Colombiano (TEC), también notablemente perseguido y atacado por los diversos poderes silenciadores, y su compañía estrenó y repuso en varias ocasiones esta obra que vemos ahora en Madrid.Es una escena larga: la vieja dama que revive sus años de esplendor contratando mendigos que interpreten los papeles de la gran sociedad: el obispo, el general, el príncipe de Gales... Algo tiene de Viridiana, y ciertas luces de Valle-Inclán; o de las varias obras de mendigos en papeles fingidos, muchas procedentes de Latinoamérica. La obra fustiga más en países donde el hambre es literal, y donde un discurso sobre ella tiene sentido directo, pero también de países donde se pueden mezclar miseria con esplendor, y el harapo puede fingir púrpura. Es el hambre la que excita a la revolución y al saqueo de la vieja dama, que puede personalizarse como la dictadura.

La orgía

De Enrique Buenaventura. Intérpretes: Cristina Cobaleda, Yiyo Alonso, Juan Carlos Talavera, Javier Páez, Roberto Sanchís. Escenografía y vestuario: Laura Gaetani. Iluminación: Goyo Alcázar. Música: Gabriel Marcelo Monedero y Alex Pérez. Coreografía: Rosa Hernández Cuesta. Dirección: Elena Cánovas Vaca. Teatro Alfil, 14 de marzo.

El grupo que la representa aquí, en el teatro Alfil -la persecución y el cerco no cesan; incluso los vengadores de Matanzos siguen sobre el local; es una forma de acallar a los marginales, sobre todo-, procede de la cárcel de mujeres: Yeses es un apócope de Yeserías, y sus reclusas, ahora en Carabanchel, han formado esta compañía, con actores profesionales y un grupo musical breve y suficiente; lo representan con vehemencia y atención al texto, que se ha respetado entero; y sin temer por lo que supone de grito, de protesta, de rechazo a la sociedad. Puede que esté pasando inadvertido este hecho teatral y su significación. No tiene público: unas cuantas personas que lo presenciaron en la noche del jueves aplaudieron con reconocimiento.

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