Asilo según sexo

Una mujer de Arabia Saudí conocida como Nada ha ayudado a Canadá a establecer una nueva base para la concesión del asilo político: el sexo. Recientemente, el ministro de Inmigración de Canadá, Bernard Valcourt, decidió en contra de un tribunal de refugiados conceder a Nada el derecho a permanecer en Canadá. Ella había argumentado que por el hecho de negarse a llevar velo y oponerse a la subordinación de la mujer corría peligro de ser perseguida si regresaba a su país. Tiene sentido y no sólo para Canadá. Pero ¿dónde establecer el límite? Supongamos que una mujer japonesa reclama el derecho de asilo, ya que la tradición hace que en Japón la mujer esté subordinada. Nadie duda de que estos argumentos deben tenerse en cuenta. (...) Un tema relacionado es el abuso en el hogar. Mujeres de países del Tercer Mundo ya han solicitado el estatuto de refugiado en Canadá, argumentando que sus maridos las han amenazado con violencia física. Pero seguramente las leyes de refugiados no fueron ideadas para solucionar cada caso de abuso marital. La definición de refugiado según las normas de la ONU y de las leyes de asilo de la mayoría de países occidentales es una persona que teme, con fundamento, ser perseguida por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política. ¿Por qué no puede añadirse el sexo a esta lista, teniendo en cuenta que pueden establecerse unos límites razonables? 10 de marzo