Felipe González acusa a la CEOE de representar "intereses políticos y no profesionales"
El presidente del Gobierno, Felipe González, afirmó ayer que la patronal CEOE "está representando intereses políticos y no profesionales", y expresó la voluntad del Ejecutivo de trabajar "con los empresarios reales, con los que tienen problemas. El jefe del Gobierno reconoció que su partido está en una ofensiva de movilización social, ya que ha habido fallos de comunicación. "Si no funcionan algunos canales iremos puerta a puerta o boca a boca, porque tenemos organización para hacerlo". González se mostró anoche ostensiblemente animado, después de reunirse durante casi seis horas con los secretarios regionales de su partido y los presidentes autonómicos socialistas.
González reconoció que la CEOE muestra en los últimos tiempos una beligerancia abierta con el Ejecutivo. "Como Gobierno tenemos la responsabilidad de ser moderados en nuestras expresiones, incluso cuando la cúpula de la patronal está inmoderada y haciendo una apuesta política que es radicalmente diferente a la defensa de los intereses de los empresarios".González continuó: "Algunos de los dirigentes de la patronal están representando intereses políticos y no profesionales". A continuación hizo una declaración de intenciones: "Seguiremos intensificando nuestro trabajo con los empresarios reales, con los que tienen problemas, porque, aunque nuestra prioridad es generar empleo, ello pasa necesariamente porque los empresarios recuperen excedentes: así habrá aumento de la competitividad, inversión y empleo".
En la reunión de ayer, que se presentaba moderadamente tranquila desde la perspectiva interna, González quiso resaltar. que los dirigentes de su partido habían apoyado sin reserva las medidas económicas, sobre todo las referentes al empleo, adoptadas por el Gobierno, aunque informó sobre una novedad. Las propias comunidades autónomas con capacidad para hacerlo "tomarán medidas complementarias propias, dentro de sus presupuestos por la fórmula de reasignar algunos gastos".
En la reunión se habló sobre todo de la situación económica, y González reconoció la crisis en la que el país está inmerso, pero quiso transmitir la idea de que la reactivación es posible y que se está en condiciones de afrontarla, en parte gracias a las medidas ya tomadas. González escuchó de los dirigentes de su partido la necesidad de que a los discursos técnicos y programáticos se añada un contenido político que llegue a la ciudadanía.
En el fondo subyacía la desilusión que produjo en el PSOE la intervención de González en el Congreso durante el debate sobre el empleo del pasado martes. El jefe del Ejecutivo reconoció que dirigentes de su partido le habían hecho esta observación, pero se mostró convencido de que había hecho lo que tenía que hacer. "No quise entrar en un debate de pelea entre dos fuerzas políticas. Yo planteé el debate desde la responsabilidad del Gobierno".
"Carta a los Reyes Magos"
En esta misma línea, González no atacó directamente al presidente del PP, José María Aznar, sino que se limitó a hacer lo que en esta etapa tiene previsto: poner de manifiesto que el Partido Popular no presenta alternativas. "La oposición de ahora me recuerda a lo que Fraga hacía en el 83, es decir, todo con tintes catastrofistas". Según González, lo que ponen de manifiesto "es que no tienen una oferta sobre lo que se puede hacer, salvo una carta a los Reyes Magos, y la cuestión no está en debatir en abstracto sobre si hay alternativa o no, sino hablar de propuestas".
González defendió el Plan Director de Infraestructuras que está difundiendo en los últimos días el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell. González dijo que querría saber qué partes del plan serían eliminadas por la oposición.
El presidente del Gobierno manifestó su disposición a hacer autocrítica por los errores cometidos aunque, entre risas, solicitó que no se le pidiera que se prodigara en ello, porque "bastantes críticos había ya". Dijo que uno de los errores había sido la creencia de que muchas de las políticas llevadas a cabo no tenían por qué explicarlas con la perspectiva de que se explicaban solas".
El jefe del Ejecutivo reconoció que la imagen que se estaba dando en la Comunidad de Murcia era "muy mala y hay que corregirla seriamente". González no precisó si esa corrección llevaba consigo la petición al presidente de la Comunidad, Carlos Collado, de que abandonara el puesto. En este Capítulo hizo bromas sobre la complicada situación de esa comunidad, en la que el propio Grupo Socialista ha puesto en cuestión a su presidente. "Los propios compañeros de Murcia son conscientes de que la imagen de división es muy mala y aun así no lo han evitado", dijo.
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