El sueño de Xul Solar
Contaba en cierta ocasión Bioy Casares que Xul Solar le pareció siempre una creación borgiana: "Es como si Borges hubiera poblado Buenos Aires de personajes". Más allá de los lazos reales que unieron al pintor y el escritor, lo cierto es que la figura de Solar se ajusta prodigiosamente, en su biografía y carácter, al modelo de mistificación borgiana, y aún al modo de las más jugosas. El retrato no tiene fisuras. Arrancando con aquel temprano y nunca concluido viaje a China, el largo periplo por una Europa, de heroicos despertares vanguardistas, el interés por la teosofía, el cálculo astrológico o las místicas orientales, el universo visionario de su pintura, los poéticos esperantos de su "neocriollo" y, la "pan lengua", y hasta el propio seudónimo, que hace exóticos los apellidos familiares, parecen extraídos de la pluma de Borges, y no precisamente a la manera de esas malignas parodias de la modernidad que glosara Bustos Dornecq. Es difícil decir si Borges soñó a Solar, e, si éste soñó a Borges.Real o fantástico, óscar Alejandro Agustín Schulz Solari (1887-1963) fue uno de los protagonistas más singulares de la primera vanguardia latinoamericana. Su universo visionario nace de una síntesis muy personal y delicada, que funde rasgos expresionistas y constructivistas, algún acento surreal, en un espacio sonoro que se puebla de arquitecturas y seres fabulosos, de ecos de sus raíces continentales, de la palabra en una lengua inventada. Como Klee o Kandinsky -fuentes de su fascinación- encontró, en la intimidad de los formatos reducidos y en la sustancia inmaterial de acuarelas o témperas, el lugar ideal donde plasmar sus intuiciones, inocentes e irónicas, de la sustancia espiritual del cosmos.
Xul Solar
Galería Guillermo de Osma. Claudio Coello, 4, lo. Madrid.Hasta el 3 de abril.
Hasta hace poco, no habíamos tenido oportunidad de ver entre nosotros las quimeras poéticas de este raro y aristocrático artista argentino. Su presencia en dos grandes panoramas históricos del arte latinoamericano de este siglo, el presentado hace tres anos en el Palacio de Velázquez y el que visitó Sevilla el pasado verano, -este último, con una soberbia muestra de su obra- hacía necesaria una aproximación personal como la que, felizmente, nos visita. Una veintena de obras, en una cuidada selección que abarca en lo esencial las etapas principales de la evolución de Xul Solar, nos brinda la ocasión, -imprescindible, de adentrarnos en la contagiosa magia de este soñador soñado.
Babelia
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