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Serra y Redondo intentan recomponer el diálogo entre el Gobierno y UGT

Luis R. Aizpeolea

El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, se entrevistó el pasado jueves día 25 con el secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Nicolás Redondo, durante dos horas en La Moncloa. La reunión se celebró a iniciativa de Serra, sólo dos horas después de que el jefe de Gobierno, Felipe González, criticara el proyecto de ley de huelga ante el empresariado durante una asamblea de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), lo que originó la ira de las centralles sindicales.

El encuentro fue "distendido" y "se habló de todo", según fuentes próximas al sindicato, aunque Redondo insistió en que el Ejecutivo no debe esperar posibles acuerdos globales. Aunque la sesión se limitó a ser informativa, de "exploración de posibilidades", ambos interlocutores acordaron mantener los contactos. Asimismo, el secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, se reunirá en fechas próximas con Serra.El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, viene proponiendo desde hace semanas, en declaraciones públicas, la necesidad de un pacto social ante la crisis económica y, en ese clima, convocó al secretario general de UGT, Nicolás Redondo, a una reunión, en la que hablaron de la política económica del Gobierno, las medidas especiales del Ejecutivo contra la crisis, los efectos del plan de convergencia en el mercado laboral y su posición ante un pacto social y el proyecto de Ley de Huelga.

Serra tanteó la posibilidad de que el PSOE pudiera renegociar con los sindicatos aspectos de la ley de huelga, a lo que el dirigente sindical respondió que el acuerdo ya estaba hecho.

El secretario general de la UGT aceptó la invitación y, según fuentes próximas al sindicato, "el entorno de crisis y la preocupación que suscita animó a Nicolás Redondo a reunirse con Serra". "A Nicolás Redondo le interesaba también calibrar la distinta sensibilidad que hay en el seno del Gobierno y entre el Ejecutivo y la dirección del PSOE ante las pro puestas de las centrales sindicales". La reunión se celebró el mismo día en que Felipe González hizo público su respaldo al ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, en sus críticas al proyecto de Ley de Huelga -lo que suscitó unas duras declaraciones de las centrales sindicales-, y sólo 24 horas antes de que el Gobierno aprobara el decreto de medidas económicas contra la recesión. Los dirigentes sindicales recordaron, en su reproche a González, que cualquier modificación del texto debía ser consultadas las centrales sindicales.

En medios próximos a la UGT se valora que "en el Gobierno hay varias voces", desde la posición del ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, que avaló el pacto suscrito entre la dirección del PSOE y los sindicatos sobre el proyecto de Ley de Huelga, hasta el titular de Economía, Carlos Solchaga, abierto partidario de modificar el texto."Hombre prudente"Dentro del sindicato se considera al vicepresidente del Gobierno como "un hombre más prudente que Solchaga, más dialogante y con posiciones menos radicales". Si además se tiene en cuenta que las relaciones entre Redondo y González son muy tensas, se termina de explicar la aceptación del papel negociador de Narcís Serra, según las mismas fuentes.

También le interesaba a Redondo, según las mismas fuentes, captar las distintas posiciones del Gobierno y la dirección del PSOE que, en estos momentos, mantiene una relación más distendida con los sindicatos, desde que el vicesecretario general socialista, Alfonso Guerra, y el secretario de Organización del partido, Txiki Benegas, iniciaron el deshielo con las centrales, con motivo de la negociación del proyecto de Ley de Huelga. En la dirección del PSOE hay un malestar contenido por la actitud de Solchaga y desconcierto sobre las posiciones mantenidas por Felipe González en este tema.,

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Fuentes próximas a la UGT creen, por otra parte, que "queda escaso margen de maniobra para modificar el proyecto de Ley de Huelga". "El empresariado quiere regular los piquetes en la ley, pero esa regulación corre el riesgo de ser inviable por inconstitucional", señalan las mismas fuentes. [Ayer, el secretario de acción sindical de CC OO, Agustín Moreno, manifestó en Córdoba que una modificación del proyecto de Ley de Huelga sería "un error profundo y un negocio ruinoso para el Gobierno"].

La distensión entre la UGT y la dirección del PSOE corre paralela a una mejora de las relaciones entre la corriente Izquierda Socialista (IS), próxima al sindicato, y la ejecutiva socialista. La pasada semana se reunieron representantes de IS con los dirigentes socialistas Txiki Benegas, Abel Caballero y Francisco Fernández Marugán, en la que coincidieron en la posición a mantener ante el proyecto de ley de huelga.

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