González afirma ante 500 alcaldes que la derecha intenta destruir la confianza del país en sí mismo
El presidente del Gobierno, Felipe González, acusó ayer al Partido Popular (PP) de destruir "la confianza del país en sí mismo" con su "discurso negativo". González habló durante una hora ante unos 500 alcaldes socialistas en Toledo, con un lenguaje coloquial, para transmitirles confianza en un mal momento para el PSOE, como el propio González reconoció. Sobre el proyecto de ley de huelga pactado con los sindicatos, señaló: "Creo que es bueno que haya un acuerdo, y eso no significa que no puedan introducirse mejoras en el Parlamento durante su tramitación". González anunció una redefinición del papel de los piquetes de huelga.
Éste es el tercer viaje del jefe del Ejecutivo a las comunidades autónomas para reunirse con los militantes socialistas en los tres últimos meses. Magaz de Pisuerga (Castilla y León), Mérida (Extremadura) y ayer en Toledo (Castilla-La Mancha) son las etapas de su gira autonómica.La presencia de González en Toledo tenía también un valor simbólico por ser el presidente de CastIlla-La Mancha, José Bono , y el secretario general del partido en la comunidad, Juan Pedro Hernández Moltó, caracterizados renovadores del PSOE. El hecho de que al acto acudieran los miembros del aparato socialista Francisco Fernández Marugán, Abel Caballero y Elena Flores evidencia el esfuerzo de manifestación unitaria del PSOE, con Felipe González a la cabeza.
Respecto al proyecto de ley de huelga, se mostró preocupado por la "crispación" que habían suscitado sus declaraciones de la víspera y suavizó los términos de su crítica al proyecto. González centró el problema en los piquetes informativos: "La función de los piquetes informativos es informar. Se ha creado una mala imagen de los piquetes informativos por algunas de sus actuaciones en las huelgas. Si se despeja las dudas sobre los piquetes informativos no se incumple el acuerdo. ¿Por qué puede irritar que yo diga esto? Por razones de clima".
González no hizo referencia alguna a la crisis interna del PSOE, sino que se dedicó a criticar el papel de la derecha hoy y a lo largo de la historia, y a explicar algunos de los aspectos más delicados de la política del Gobierno, como la política económica. También criticó "el excesivo apetito de poder" de las autonomías.
González fue tajante al asegurar que "la derecha quiere quitar la confianza del país en sí mismo" con su "discurso negativo". "Para la derecha, todo es un desastre. Y no es verdad. Éste es un país que merece la pena, y saldremos adelante de esta crisis", añadió.
En otro momento descalificó las medidas económicas y fiscales del programa del PP: "No se puede pretender bajar el déficit, aumentar la inversión en infraestructuras y, a la vez, bajar los impuestos". González criticó la "furia reprivatizadora" del PP, que "al final acarreará más déficit".
"Sátrapas de la derecha"
Su discurso contra la derecha lo amplió también a la historia de España: "No éramos respetados en el mundo porque vivíamos sometidos a los sátrapas de la derecha que nos quitaron la dignidad como pueblo y nos impidieron respetarnos a nosotros mismos".
González contrastó la posición histórica de la derecha en España con la actitud mantenida por. el PSOE ante el fenómeno de la guerra civil. "Hemos gobernado en coincidencia con el 50º aniversario del comienzo y el final de la guerra civil, y hemos mantenido una prudencia exquisita sobre este tema", dijo González, que calificó de "rampante" y demagógica a la derecha española, en un intento de identificar pasado y presente.
Hizo un llamamiento a los socialistas a "recuperar la confianza". "Eso es muy importante en momentos de difícultad", dijo. A partir de ahí, justificó la política "responsable" del Gobierno y alardeó de "hablar claro, aunque se digan cosas duras".
A modo de ejemplo, dijo que si "la prioridad es crear empleo, debemos retirar todos los obstáculos que lo Impidan". Y añadió: "Es duro decir que con un crecimiento económico del 1,2% los salarlos no deben situarse por encima del 9%. Me parece bien que la gente mejore sus rentas, pero me parece mal que esa mejora salarial haya supuesto la liquidación de cientos de miles de puestos de trabajo". "Ya sé que algunos dirán que demonizamos los salarios", añadió. Insistió en la necesidad de una política austera: "Algunos me aconsejan que suelte trapo y que luego ya tendremos tiempo de recoger velas, para ver si con eso ganamos. No podemos caer en esa irresponsabilidad". "¿Eso nos va a crear más problemas de incomprensión de los ciudadanos? Es posible que sí".
Felipe González también alegró los oídos de los alcaldes socialistas presentes al hacer un canto a los municipios y criticar el poder que concentran las autonomías. "Hay un intento de ocupación del territorio por parte de las autonomías, y el Gobierno central se encuentra a veces con dificultades para gobernar", dijo, para señalar más adelante: "Si la década de los años ochenta ha sido la etapa de la consolidación del Estado de las autonomías, en la década de los noventa asistiremos a la revitalización y consolidación de los municipios".
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