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Los golpistas soviéticos piden el cese de Yeltsin en las calles de Moscú

Pilar Bonet

Los organizadores del golpe de Estado de agosto de 1991 marcharon ayer eufóricamente hasta el centro de Moscú, en una manifestación multitudinaria de protesta contra la política del presidente Borís Yeltsin. Miles y miles de personas -las primeras evaluaciones hablan de más de 100.000- portaban banderas rojas y símbolos imperiales rusos.

Una masa humana, que en nada desmerecía a las que solían reclutar los partidarios de Yeltsin hace apenas dos años, descendió por una de las arterias centrales de Moscú hasta la plaza del Manezhe, donde una improvisada obra dificultaba la concentración de los manifestantes. Las primeras estimaciones indican que su cifra podría superar las 100.000 personas.El 23 de febrero se celebraba tradicionalmente la fiesta de las Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Pero en 1992, tras la desaparición del Estado soviético, la celebración fue reconvertida en el Día de los Defensores de la Patria. Entre los que marchaban ayer al ritmo de canciones patrióticas soviéticas de la Segunda Guerra Mundial, había no sólo ancianos veteranos, sino también jóvenes y hombres con uniformes militares.

El general Valentín Varénikov, ex jefe de las fuerzas de Infantería de la URSS y uno de los acusados en el proceso a los golpistas, felicitó a los militares presentes en la manifestación, que había sido convocada por el grupo Moscú Trabajadora y contaba con el apoyo del Partido Comunista de Rusia y la Unión de Oficiales -una asociación de militares conservadores- y el Frente de Salvación Nacional (FSN),Varénikov manifestó a EL PAÍS que se sentía "estupendamente" al estar "junto al pueblo" y calificó al ex presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, de "traidor" y "canalla".

Otros organizadores del golpe de agosto de 1991 que figuraban entre los manifestantes eran el ex primer ministro Valentín Páv1ov, el ex jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB), VIadímir Kriuchkov; y el ex responsable de la industria bélica, Oleg Baklanov.

Un representante de la Unión de Oficiales exhortó al Congreso de los Diputados Populares de Rusia a iniciar acciones para conseguir el cese del ministro de Defensa, Pável Grashov. Por su parte, Guennadi Ziuganov, líder del nuevo partido comunista también del FSN, condenó el tratado START-2, firmado a principios de enero por Yeltsin el presidente norteamericano George Bush, todavía no ratificado por el Parlamento ruso.

llia Konstantinov, otro de los líderes del FSN, propuso la creación de un Gobierno de salvación nacional y afirmó que el tiempo del Gobierno de ocupación ha concluido.

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Por otra parte, Serguéi Yushchenkov, líder de la fracción parlamentaria Demócratas Radicales, reveló ayer el texto de la pregunta central que el presidente ruso presentará al referéndum, en el caso de que éste se celebre el 11 de abril: ¿Quién elaborará y aprobará la nueva Constitución: el Congreso de los Diputados o una asamblea constituyente?, informa Rodrigo Fernández desde la capital rusa.

Las otras preguntas que propondrá Yeltsin si, como se pronostica, la comisión conciliadora fracasa en sus esfuerzos por llegar a un acuerdo entre el Ejecutivo y el Legislativo, coinciden en gran parte con las propuestas de su enemigo, el jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov. Como Jasbulátov, Yeltsin propone que el pueblo diga si confía en el Congreso de los Diputados (el macroparlamento ruso), en el Sóviet Supremo (el Parlamento permanente), en el Gobierno y en el presidente.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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