La feria acoge el compromiso de ocho galeristas latinoamencanos

Con motivo de Arco 93 se produce en Madrid un aluvión de inauguraciones que apoyan y completan lo exhibido en el recinto ferial. Cualquier aficionado al arte puede completar su recorrido del palacio de Cristal de la Casa de Campo con una serie de muestras, en museos y galerías, representativas de autores como Miró, Malevich, Brice Marden, James Turrell, Arshile Gorky o Luis Gordillo. Entre las exposiciones generales figuran Artistas modernos y arte marginal y las colecciones de la Fundación Arco y del Banco de Crédito Industrial.Arco 93 espera recibir más de 120.000 visitantes durante los seis días en que la feria permanece abierta al público. Para los ocho galeristas latinoamericanos que acuden este año a Madrid, uno de los motivos principales para venir es que Arco es un gran escaparate. Pero no sólo ése. Linda Moore, norteamericana, californiana de San Diego, expositora y gran amante del arte de América Latina, viene con una misión: "Quiero enseñar la pasión, la tensión, el compromiso del arte del único continente en el que las ideas subsisten todavía". César Segnini, 53 años, venezolano, aduce causas menos románticas: "Vengo a vender el arte que se hace en América porque es más barato y mejor que ninguno para galopar la crisis".Entre la búsqueda de prestigio, el éxito económico y de compromiso social, la lista de galerías de Latinoamérica se completa con Ruth Benazcar y Álvaro Castagnino (Argentina), OMR, De Arte Mexicano y Ramis Barquet (México), Luis Pérez y Garcés Velásquez (Colombia).

Ruth Benazcar, galerista bonaerense, miembro del comité de honor de Arco 93, acude, por sexta vez consecutiva, convencida de que esta edición es la mejor de todas, y Arco, la mejor de las ferias. "Venimos porque así no sólo no conocen, sino que nos eligen. Arco es un reflejo de la transición democrática española, un esfuerzo que responde a un enfoque generoso: instalarse en el mundo".

Luis Pérez, 42 años, galerista de Bogotá, organizador de Artfi 93, una feria que se celebrará en la capital colombiana del 3 al 7 de diciembre de 1993, dice: "Arco es un lugar de encuentro, y aunque la promoción en América Latina es pequeña y los galeristas latinoamericanos somos tímidos todavía, debemos salir al extranjero y mostrar el arte joven de América Latina. Pérez, que expone obras de Sigfredo Chacón (Venezuela), y Luis Roldán (Colombia), cree que los jóvenes artistas latinoamericanos no necesitan aprender un discurso, porque lo llevan en la sangre.

César Segnini, que ha tenido galería en Madrid (Durban), y expone en las ferias de Chicago, Tokyo, y la de Hong Kong del pasado noviembre, cree que no sólo es una cuestión de sangre: "El producto latinoamericano es mejor que el norteamericano y el europeo. Y sobre todo, es más barato. Una escultura del cubano Agustín Cárdenas cuesta un diez por ciento de lo que vale una de Chillida, y además es tan buena como ella".

La obra expuesta en las galerías latinoamericanas de Arco muestra referencias al exterminio u opresión de indígenas por los conquistadores, nuevos y antiguos.