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Crítica:43º FESTIVAL DE BERLÍN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jack Nicholson y De Vito degradan un buen guión de David Mamet

'Hoffa' lleva al cine la figura del célebre sindicalista de EE UU

El trío de ases con que Hoffa hace su apuesta resultó ser un farol. Sólo David Mamet se comporta en ella como un número uno. Su guión es magnífico, pero está completamente desaprovechado. El director, Danny de Vito, pese a que Mamet se lo pone en bandeja, no acierta con el tono y el punto de vista del relato. Y de Jack Nicholson baste con decir que De Vito ha cometido la insensatez de dejarle suelto y el resultado es, como era previsible en el superdotado gesticulador, una desatada sobreactuación.

La película Hoffa es sobre el papel atractiva y sobre la pantalla mediocre. Verla frustra; incluso irrita.Hace ahora un año, aquí mismo, los acreditados en la Berlinale tuvimos que asistir a la indecente glorificación de un célebre chulo y asesino llamado Bugsi Siegel.

Resulta que interpretaba al pájaro el divo Warren Beatty y que entre las exigencias de este engolado actor no cabe la posibilidad de que interprete a un tipo repugnante. Así que, para dar gusto al hermano de Shirley MacLaine, hubo que convertir a aquel pelele en un tipo serio.

Pues bien, ahora en esta reconstrucción de la vida pública' del célebre sindicalista Jimmy Hoffa -gran capo durante décadas de los camioneros estadounidenses- ocurre literalmente lo contrario: un tipo muy serio es convertido en un pelele. Responsable, su intérprete.

Cuando Jack Nicholson se miró al espejo y se vio caracterizado de Hoffa debió asombrarse del parecido físico logrado. Y fue probablemente víctima de esa máscara.

Durante toda la película se dedica a imitar hasta el más pequeño gesto del personaje real, en un ejercicio de miniaturismo en el que acaba perdiendo por completo los papeles.

Es verosímil que en la trastienda de este actor esté como una quemadura el recuerdo de la genial caracterización de Marlon Brando en El Padrino y el asombroso partido que le sacó a esa máscara.

Esto es en realidad lo que ha intentado hacer Nicholson y lo que le ha llevado a darse de bruces contra su propio espejo: la dura, terca, insidiosa, inteligente y poco recomendable persona que fue Jimmy Hoffa se convierte, encarnado por Nicholson, en un muñeco que parece activado por pilas, en un alarde de gestualidad mecánica e histérica, que sólo supera el propio Jack Nicholson en aquélla su egregia tomadura de pelo de El resplandor.

Por su parte, Danny De Vito parece que todavía no sabe desenvolverse con soltura en la producción convencional.

Procede del teatro y del cine independientes -su La guerra de los Rose sigue obedeciendo a este estilo- y le tiembla el pulso ante un guión de la precisión del que David Mamet escribió para Hoffa, que exige del director una transparencia, una renuncia al exceso de estilo, una profesionalidad y una claridad de ideas que De Vito todavía no tiene. Jamás, ni en una sola escena de Hoffa, encuentra el punto de vista adecuado.

Contrapicados mareantes

Siendo una historia rememorada por el personaje que él mismo interpreta -Bobby Ciaro, lugarteniente de Hoffa hasta su asesinato en 1975-, Danny De Vito- se dedica a hacer encuadres épicos, grandiosos, góticos; angulaciones imposibles de creer como parte de un recuerdo personal de nadie.Y todo esto se ve agravado por abusivos e imprecisos movimientos de cámara, por picados y contrapicados mareantes y delirantes. Un disparate, que confunde e irrita al espectador.

Danny De Vito es un hombre de muy pequeña estatura, extraordinariamente vivo, enormemente simpático y dicharachero y con pinta de ser endiabladamente inteligente.

Ayer intentó aquí, en su conferencia de prensa de la Berlinale, la burra de que ha buscado una representación del lado más positivo y más humano del famoso sindicalismo y no menos famoso gánster.

Nos tememos que se la vendió a muy poca gente. El escaso éxito de esta película en Estados Unidos, no parece que vaya a ser remediado en Europa.

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