Laurent Fabius pide que el Parlamento francés le inculpe para someterse a juicio
Laurent Fabius, ex primer ministro socialista francés, no podrá ser juzgado por el escándalo de la sangre contaminada con el virus del sida- porque el caso ha prescrito. Sin embargo, Fabius, hoy primer secretario del Partido Socialista francés, declaró ayer que desea que se reanude el proceso contra él "en base a una nueva incriminación que el Parlamento deberá elegir".
El pasado viernes, el Alto Tribunal de Justicia reuniedo en Versales decidió que el delito por el que se debía juzgar a Fabius, la no asitencia a personassss en peligro, ya había personasss en peligro, ya había presscrito. Los hechos por los que Fabius debía enfrentarse al tribunal se remontan a 1985, pero el delito prescribe a los tres años.La decisión del tribunal afecta tambiéhn a los responsables de la sanidad pública francesa en esaépoca, los socialistas Georgina Dufoix y Edmond Hervé. En aquel periodo, miles de hemofílicos recibieron en un organismo público transfusiones de sangre contaminada con el virus del sida. Las dos cámaras del Parlamento francés decidieron el pasado 20 de septiembre, con el apoyo del propio Fabius, acusar a los tres implicados ante el Alto Tribunal de Justicia, un organismo de excepción destinado a juzgar los presuntos delitos cometidos por ministros o ex ministros en el ejercicio de sus funciones.
Ayer, Laurent Fabius declaró a la emisora RTL: "No puedo aceptar la prescripción porque no deseo que subsista una zona de sombra sobre ese drama".
Cuando se hizo pública la decisión del Alto Tribunal el pasado viernes, un portavoz de la asociación francesa que agrupa a las personas que recibieron transfusiones de sangre contaminada declaró "sentir vergüenza". Muchos políticos expresaron su sorpresa y apuntaron la necesidad de inculpar a Fabius por otro delito. La posibilidad de acusarle de homicidio involuntario fue barajada cuando el trámite de inculpación se encontraba en la Cámara Alta del Parlamento francés; sin embargo, fue desestimada.
El escándalo de las transfusiones ha sido uno de los que más ha deteriorado la imagen de los socialistas franceses ante las elecciones del próximo mes de marzo.
