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Rusia apoya el plan de paz sobre Bosnia-Herzegovina

Rusia lanzó ayer todo su peso a favor del acuerdo de paz sobre Bosnia-Herzegovina alcanzado en Ginebra por los mediadores internacionales, Cyrus Vance y David Owen, con las partes beligerantes en la antigua república yugoslava. Moscú propuso como medidas inmediatas el levantamiento de] asedio sobre Sarajevo, la capital bosnia, y un arreglo político para acabar con la sangrienta guerra que asola el territorio. Vance y Owen pidieron ayer a EE UU una declaración en la que refleje claramente su respaldo al plan de paz. Owen aseguró que el apoyo de Washington es crucial.

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La posición de Moscú fue expuesta en conferencia de prensa por el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, y, según los observadores, sus comentarios sugieren que Rusia quiere presionar sobre Washington para que también ponga todo su peso en la resolución del conflicto. "La crisis yugoslava", dijo, "ha llegado a un momento decisivo". Aludiendo al plan Vance-Owen afirmó: "El Consejo de Seguridad debe apoyar decisivamente los acuerdos de Ginebra sobre Bosnia-Herzegovina. Se trata del conjunto de medidas realistas más apropiadas para aplicar en las presentes circunstancias".Lavrov afirmó también que Rusia pedirá sanciones contra Croacia en el Consejo de Seguridad de la ONU, que debe tomar "medidas adicionales urgentes" para poner fin a la guerra, si persiste en sus ataques en Krajina.ç

Rusia, deseosa de observar escrupulosamente las reglas de las Naciones Unidas, se enfrenta a la tarea de desalentar el entusiasmo proserbio de los extremistas de la derecha rusa, quienes han comenzado a enviar pequeños grupos de voluntarios a luchar a favor de los serbios. Serbia ha sido uno de los aliados tradicionales de Moscú.

Abundando más en el conflicto de los Balcanes, otro de los viceministros rusos de Exteriores Vitaly Churkin, declaró ayer en Chipre, en donde se encuentra de viaje, que el embargo de arma impuesto a Bosnia-Herzegovina debe ser mantenido, porque es el mejor instrumento para alcanzar un acuerdo político. El Gobierno de Bonn expresó ayer la misma opinión a través de su ministro de Exteriores, Klaus Kinkel.

La tarea de los mediadores internacionales se centra ahora en Nueva York. Tratan de conseguir el apoyo total a su plan por parte del Consejo de Seguridad de la ONU -con cuyos miembros han mantenido contactos individuales con carácter previo a la reunión del Consejo para tratar del tema bosnio- y de la nueva Administración del presidente Bill Clinton, que está pidiendo más tiempo para definir su política respecto al conflicto.

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Washington baraja una serie de opciones, que incluyen la imposición por la fuerza de la zona de exclusión aérea sobre Bosnia, el levantamiento del embargo de armas a esa república y el bombardeo del armamento pesado de los serbios bosnios.

Sin embargo, EE UU mantiene una postura cautelosa. Owen pidió ayer a Washington en una entrevista emitida por la cadena de televisión norteamericana CBS que apoye el plan de paz de Ginebra y aseguró que el secretario de Estado, Christopher Warren, se mostró evasivo sobre si EE UU debía enviar tropas a los Balcanes para respaldar el plan junto con fuerzas europeas en el marco de la OTAN. "La actitud norteamericana es crucial porque, de momento, creo que el Gobierno musulmán bosnio del presidente [Alia] Izetbegovic se está echando atrás", dijo. "Izetbegovic espera que Estados Unidos levante el embargo [de armamento] o envíe tropas para ayudarle o decida algún tipo de intervención. Creo que esto está paralizando nuestras negociaciones".

Los beligerantes

Respecto a las partes beligerantes en la guerra bosnia, los croatas fueron los únicos que firmaron el sábado pasado en Ginebra el plan de paz Owen-Vance, que divide el territorio de Bosnia-Herzergovina en diez provincias autónomas. Los musulmanes y los serbios rehusaron rubricar aspectos fundamentales del plan, como el mapa de división de la república.

Los representantes de los tres grupos beligerantes tenían previsto desplazarse hoy a Nueva York, aunque el presidente bosnio, Izetbegovic, enviará en su lugar a su ministro de Exteriores, Haris Silajdzic.

Por otra parte, el comité de altos funcionarios de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) se reunió ayer en Praga para decidir el reforzamiento de las misiones de control de la aplicación de las sanciones de Naciones Unidas contra Serbia y de las misiones de prevención de conflictos en Voivodina, Kosovo, Sandzak y Macedonia.

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