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CATÁSTROFE EN LA CALLE DEL CINE

El último beso

"Acaba de morir". El teniente Soto hablaba sin perder los nervios, pero con desolación, mientras por su barbilla resbalaba un reguerillo de sangre. Hasta ese momento había estado aplicando la respiración boca a boca a una joven muy gravemente herida, rescatada por él y por otros transeúntes de entre los cascotes. Sus esfuerzos no pudieron salvar a Irene Toledo García, de 19 años. Se fue con su último beso.Al teniente Soto, de unos 30 años, que iba vestido de paisano, no le cayeron encima los cascotes por muy poco. En la cola para entrar a ver Una monja de cuidado vio cómo a escasos metros de él se desplomaba la marquesina del cine Bilbao, sobre la que trabajaban tres obreros. Ni su reacción ni la de algunos de los testigos se hizo esperar. "Conozco los primeros auxilios y he hecho lo que he podido". Y añadió indignado: "Las primeras ambulancias han llegado a los 20 minutos del accidente".

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Para otro testigo, Ángel Ramo, de unos 30 años, fue como si el tiempo se parara. "Los primeros salvamentos los hemos hecho los ciudadanos, hasta que han llegado los de la Cruz Roja", contaba visiblemente afectado y lleno de polvo de los cascotes. Ramo pasaba por allí en el momento del derrumbe: "Ha sido horrible. Parecía que las ambulancias no iban a llegar nunca".

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