La soledad y las dificultades económicas, problemas más graves de las personas mayores de la CE

Europa se enfrenta a una nueva revolución: la de las personas mayores de 60 años que suman ya 60 millones de los 340 millones de habitantes actuales de la CE y que supondrán una quinta parte de la futura Europa unida (unos 80 millones) en el año 2020. Un segmento de población con tres características comunes como son la soledad, la coincidencia en sus preocupaciones con los más jóvenes en cuanto a la preservación de la paz y del medio ambiente, y las dificultades económicas, según las conclusiones del primer Eurobarómetro realizado sobre las actitudes de los europeos ante el envejecimiento, presentado ayer. El presidente de la Comisión, Jacques Delors, asistirá hoy a la presentación del Año Europeo de las Personas Mayores.

Excepto en medios económicos y cuantía de las pensiones, en la que existe una gran diferencia entre los países del Norte -Dinamarca, Países Bajos, etcétera, que se sienten satisfechos- y los países del Sur -Portugal, Grecia, España, que se declaran muy poco protegidos-, en todo lo demás los mayores de la CE padecen los mismos problemas.Para el sociólogo y demógrafo Alan Walker, coordinador del estudio, existen algunos datos positivos que muy pocos podían esperarse: "Por una parte se detecta una muy buena relación intergeneracional de los mayores con los jóvenes y, en segundo lugar, la mayor parte de los viejos, excepto un 10% que vive en residencias, eligen su casa o el entorno familiar para pasar los últimos años de su vida". "Otra cosa es el grado de satisfacción que manifiestan los países del Norte y los del Sur y los principales problemas que describen. Por ejemplo, mientras que para los españoles [para un 53,9%] el principal problema es de las dificultades financieras y el de la falta de recursos suficientes para vivir, para los daneses [26,3%] este problema no es tan importante. Similares diferencias se encuentran entre Luxemburgo y los Países Bajos en relación con Grecia y Portugal".

Aislamiento

La soledad y el aislamiento son sin embargo, rasgos comunes a casi todos los mayores europeos. Incluso manifiestan un mayor grado de soledad los ancianos de los países más desarrollados de la CE. Directivos de la Comisión como el propio titular de la Dirección General V (de Asuntos Sociales), el español Segismundo Crespo Valera, y expertos demógrafos como el propio Walker y otros miembros de su equipo señalaron ayer que la jubilación no significa ya traspasar la línea de la vejez como sucedía hasta hace muy poco. "Llamar viejo a un jubilado resulta ya anacrónico", dice Walker. "Los papeles pasivos que tradicionalmente se asignaban a los mayores de 65 años están absolutamente cuestionados. Los mayores participan o al menos desean hacerlo cada vez más en las plataformas reivindicativas, especialmente en las de tipo social".El estudio de Eurobarómetro se ha realizado sobre 12.800 personas pertenecientes a la CE. En la Europa de los Doce una persona de cada tres tiene más de 50 años y una de cada cinco tiene más de 60. En el 2020 los mayores de 60 años serán más de un cuarto de la población. Hace 50 años este segmento representaba tan sólo 1/14 de la población. Cada país de Europa envejece de una forma distinta. Por ejemplo, en el 2020 el 47% de los alemanes tendrá más de 50 años, mientras que en el Reino Unido el porcentaje será de un 38%. En España la población de jubilados que ahora es de 5.370.000 (13,8% de la población total) superará antes del 2000 a la población de menos de 15 años.

"Es verdad que tenemos el nivel más alto de envejecimiento de Europa y probablemente del mundo", señaló ayer en Bruselas Héctor Maravall, director general del Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inserso), que preside la delegación española en la apertura del año europeo dedicado a la tercera edad. "Pero ello no quiere decir que necesitemos una política de choque porque la caída de la natalidad no es irreversible en España".

Los expertos demógrafos europeos se han visto gratamente sorprendidos tras conocer los resultados del estudio "por las buenas relaciones que existen entre los mayores y los jóvenes". En general los jóvenes tiene una buena imagen de los mayores, "comparten el interés por el medio ambiente [69% en Luxemburgo, 30% en España]; los derechos humanos, la pobreza, los problemas del Tercer Mundo o la paz mundial. No obstante, los mayores dan más importancia a la aplicación al trabajo, al espíritu de economía, a la obediencia y a la fe religiosa". "Esta solidaridad entre jóvenes y mayores", dice Walker, "nos va a permitir adoptar una serie de medidas de atención a la tercera edad en las que van a estar implicados los jóvenes". Algunos países ya han puesto en práctica acciones de este tipo para embarcar a jóvenes y mayores en la misma onda creando experiencias piloto de residencias-hogares en las que conviven jóvenes con viejos y se generan ayudas mutuas.

El asunto más espinoso parece ser el de la financiación de la vejez que plantea una presión constante sobre los gobiernos para que aseguren un sistema de pensiones satisfactoria, una cobertura social de calidad y unas infraestructuras adaptadas a las nuevas necesidades. "La CE no puede desentenderse de la evolución económica y social de los mayores", dijo Segismundo Crespo, quien anticipó que las acciones previstas para este año en los distintos países de la CE sobre el problema de la vejez "deben llevar hacia la creación de una carta europea de los mayores".