Clinton: "La provocación de Sadam ha encontrado la respuesta apropiada"
El mismo día en el que Bill Clinton llegaba a Washington para tomar posesión, el miércoles, de' la presidencia, y justo cuando se cumplían dos años de¡ comienzo de la guerra del Golfo, Estados Unidos cumplió ayer con sus amenazas y atacó un barrio de Bagdad con misiles de crucero Tomahawk en lo que supone una grave escalada del conflicto con Sadam Husein y abre peligrosamente el riesgo de una guerra de mayores proporciones en la zona. El objetivo del ataque, en el que al menos inicialmente, no participó la aviación, fue, según Washington, una planta en enriquecimiento de uranio situada al sur de Bagdad. El presidente electo de EE UU dio todo su apoyo al ataque y dijo que "la provocación de Sadam ha encontrado la respuesta apropiada".
Aunque en el bombardeo resultó dañado también un hotel de la capital iraquí y murió, al menos, un civil, Irak asegura que la planta atacada se dedicaba a la producción de materiales para uso pacífico.El Gobierno norteamericano no quiso precisar si este nuevo ataque, ocurrido cuatro días después del bombardeo de las baterías de misiles en el sur de Irak, podría ser el preludio de nuevas incursiones de la aviación o de otros disparos de misiles.
El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, se limitó a insistir en que Estados Unidos y los países que le apoyan en esta operación, Francia y el Reino Unido, continuarán con su política para obligar por todos los medios a que el Gobierno iraquí cumpla con todas las resoluciones del Consejo de Seguridad. Marlin Fitzwater dijo que la acción de ayer había sido motivada por la violación por parte de Bagdad de tres resoluciones de la ONU aprobadas tras la guerra del Golfo.
El ataque, según la versión oficial de la Casa Blanca, partió de varios de los barcos que forman parte de la flota norteamericana en el Golfo. Fitzwater no quiso precisar cuántos misiles habían sido disparados ni si todos habían alcanzado el blanco. Informaciones de los canales de la televisión estadounidense afirman que fueron lanzados alrededor de cuarenta misiles de crucero.
El ataque, que duró tan sólo unos minutos, fue contestado por disparos de la artillería. antiaérea emplazada en diversas zonas de Bagdad, aunque da la impresión de que la reacción de Irak obedeció a su convicción de que en el ataque estaban participando aviones de la coalición internacional. Cuando la televisión norteamericana conectó en directo con Bagdad, minutos después de las dos de la tarde, la ciudad ofrecía la misma visión de ininterrumpidas ráfagas de artillería surcando el cielo que se recuerda del comienzo de la Operación Tormenta del Desierto.
El lugar atacado, según Fitzwater, es una planta de producción de armamento nuclear situada en la localidad de Zafaraniyán, en el extrarradio de Bagdad, situado al sureste, a unos 20 kilómetros del centro de la capital.
Las autoridades iraquíes informaron también que, como se pudo comprobar en las imágenes de televisión, en el ataque fue alcanzado el hotel Al Rachid, donde se aloja la mayor parte de la prensa extranjera en la capital iraquí.
El presidente George Bush había consultado con varios líderes occidentales y con sus consejeros de seguridad antes de lanzar el ataque de ayer. El presidente electo, Bill Clinton, a quien le robaron ayer el lucimiento de la llegada a la capital, hizo pública, alrededor de una hora después del ataque, una declaración oficial en la que afirmaba que "la continua provocación por parte de Sadam Husein ha encontrado una respuesta de fuerza apropiada". Sadam Husein debería entender claramente que la actual y la próxima Administraciones están en completo acuerdo sobre la necesidad de su total cumplimiento con todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", advierte el comunicado del presidente electo. La Casa Blanca declaró que Clinton, quien siempre dijo respaldar la política de Bush respecto a Irak, estuvo informado al minuto del desarrollo de los acontecimientos.
Este nuevo ataque se produjo después de dos días de incidentes que habían elevado al máximo la tensión en la zona. En la madrugada de ayer las fuerzas de Estados Unidos en el Golfo habían derribado un avión iraquí al norte del paralelo 36, y atacado una instalación de radar en la misma zona.
Avión iraquí derribado
La Casa Blanca informó que: el aparato fue abatido en la madrugada por una patrulla de F-16 norteamericanos que vigilaba un área al norte del paralelo 36. El año pasado, Estados Unidos y sus aliados prohibieron el vuelo de los aviones iraquíes en esa región como medida de protección para la comunidad kurda. Otra zona vedada a la aviación iraquí fue establecida, también por la coalición internacional, al sur del paralelo 32 para proteger a la población shií.
Según explicó el portavoz presidencial norteamericano, un Mig-29 de la fuerza aérea iraquí -un portavoz del Pentágono dijo después que no se trataba de un Mig-29 sino de un Mig-23 fue derribado poco después de las cuatro y media de la mañana (10,30 hora española) por un F 16 que patrullaba el norte de Irak.
Ese incidente, según Fitzwater, ocurrió más de dos horas después de que otros dos aviones de combate norteamericanos hubieran sido atacados por la artillería antiaérea iraquí en la misma zona . Hasta ahora todos los enfrentamientos, incluido el derribó de otro avión iraquí, la pasada semana, y el bombardeo de baterías de misiles, el miércoles, habían tenido como escenario el área situada al sur del paralelo 32.
El secretario de Defensa norteamericano, Richard Cheney, había advertido por la mañana en un programa de televisión que el comportamiento de Sadam Husein, en las últimas horas demostraba que el presidente iraquí estaba "decidido a provocar un enfrentamiento".
El diario The Washington Post informó ayer, citando a varios altos funcionarios del Pentágono, que una nueva acción militar contra el Gobierno iraquí sería de mayor envergadura que el bombardeo del pasado miércoles. "Si lo tenemos que hacer, esta vez lo haremos a lo grande" afirmaban las fuentes consultadas por el diario de la capital norteamericana.
La tensión en la zona se había incrementado en las últimas horas debido a nuevos incidentes y discrepancias entre la ONU, las potencias occidentales y Bagdad. Precisamente esta madrugada, la comisión especial de la ONU encargada de desmantelar los arsenales iraquíes de destrucción masiva rechazó la última oferta de Irak para permitir los vuelos de sus inspectores.
Ayer, se añadió un nuevo caso a la lista de agravios que Estados Unidos y sus aliados atribuyen a Irak. Las autoridades de Kuwait informaron que tres iraquíes trataron de infiltrarse en territorio kuwaití y dispararon contra una patrulla de ese país, que respondió al ataque, informa Un iraquí resultó muerto en el incidente. Alrededor de un millar de soldados norteamericanos han sido desplegados en esa frontera para tratar de proteger a Kuwait de estas incursiones, que se repitieron de forma más importante la pasada semana.
Observadores de la ONU
La principal desavenencia entre Bagdad y Estados Unidos sigue siendo, sin embargo, el trato dado a los observadores de las Naciones Unidas encargados de la investigación en Irak. Esos observadores se encuentran actualmente en Bahrain a la espera de que el Gobierno de Bagdad les garantice la seguridad para volar a Irak y cumplir con su misión.
El viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, dijo el sábado que su país podía garantizar la seguridad de los observadores si volaban desde Jordania sin cruzar el espacio aéreo al sur del paralelo 32, pero no si decidían cruzar esa zona, donde se han registrado varios incidentes militares en los últimos días.
Esta posición fue consideraba inaceptable por las Naciones Unidas y por Estados Unidos, que el viernes dio un ultimátum -cuyo plazo venció a las cuatro de la tarde de ese mismo día para que Irak permitiese el vuelo de los observadores.
Tras esta discrepancia, que, objetivamente, no parece justificar el bombardeo de un país, se esconde la posición iraquí de que la declaración de las zonas de exclusión aérea constituye un acto ilegal que el Gobierno de Bagdad no tiene por qué respetar.
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