Amor y sangre

El filme Drácula de Francis Ford Coppola ha despertado tantas pasiones entre el público y la crítica norteamericana Como para que haya sido incluso interpretada como una metáfora del amor en la era del sida, de los deseo sexuales que van más allá de la amenaza de la muerte. La versión romántica y terrorífica de la historia del vampiro de Transilvania ha sido un éxito y ha inspirado otras tantas versiones que están siendo rodadas en estos momentos. El Drácula de Coppola es una historia de amor y sangre, de la lucha de un hombre que reniega de su religión por la muerte de su amada y que mantiene su deseo por ella a largo de 400 años y de centenares de muertes.Coppola apostó por una nueva visión de la vida del vampiro cuando entrevistaba a la actriz Wynona Ryder para otro proyecto. La que acabó siendo la protagonista de su última obra le explicó que estaban a punto de expirar los derechos para el cine del Drácula de Bran Stoker y le hizo interesarse por la versión. El director de El Padrino quedó tan fascinado, como para iniciar inmediatamente la búsqueda de un actor para protagonizar al conde. Tras probar a Andy García, Antonio Banderas y Armand Assante, Coppola se decantó por Gary Oldman y contrató a su hijo para hacer los efectos especiales de la obra que juega con el misterio del claroscuro.

Drácula es una película barroca llena de espectacularidad que ha sido comparada con el Casanova de Fellini. Las escenas eróticas se mezclan con el terror y el deseo con la sangre. El Drácula de Coppola sigue en cartelera. El éxito de la renovación del papel de Bela Lugosi ha llevado a las librerías decenas de libros sobre su realización, así como la obra original sobre la que Coppola ha basado la producción de este sueño de 45 millones de dólares.