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Las becas de investigación seran decididas por los jefes de proyectos concretos

La nueva fórmula de convocatoria pública de becas de investigación que se ha comenzado a aplicar a partir del presente curso está destinada a aspirantes que se adscriban a un proyecto de investigación concreto iniciado ya por un equipo investigador que evalúa y elige al becario. Esta novedad responde a lo que había sido reclamado en múltiples ocasiones por científicos de reconocido prestigio ante el Ministerio de Educación y Ciencia.

"Hemos depositado nuestra confianza en el investigador principal", explica Roberto Fernández de Caleya, director general de Investigación Científica y Técnica del ministerio. "Anunciamos la concesión de una beca al proyecto X del profesor X de la Universidad X. Los interesados pueden presentar su solicitud a los investigadores responsables, y ser éstos mismos quienes evalúen y escojan el becario con el que quieren trabajar; al final hay una sanción de la dirección general para evitar irregularidades. De esta forma podemos también ejercer una política científica, incentivando las áreas que más nos interesan como Estado", añade.La concesión de becas para los programas de formación de posgrado y en el general de conocimiento condiciona, por tanto, a los solicitantes a inscribirse en proyectos de investigación ya existentes. En medios universitarios, la medida "presenta una lógica positiva", afirma un director de departamento de la Universidad Politécnica de Madrid que prefiere no dar su nombre, "pero puede inducir a casos de injusticia si el investigador principal no mantiene una objetividad absoluta en la selección y prima a los que ya conoce, descartando casos, como el del joven investigador que ha pasado un par de años fuera, es brillante pero desconocido por el equipo de selección"Tres solicitudes

La adjudicación, que se llevó a cabo a lo largo de diciembre, ha sido un éxito, según la califica Fernández de Caleya. "Por cada proyecto anunciado, se han presentado más de tres solicitudes. En total hemos concedido 325 becas para estos dos programas, frente a las 311 del año pasado". La dotación de estas ayudas, que sirven para realizar las tesis doctorales, es este año de 98.000 pesetas brutas mensuales, sujetas a, la declaración a Hacienda. En la anterior convocatoria eran 95.000 pesetas. Por otra parte, el programa de Formación de: Profesorado Universitario continua con el procedimiento de años anteriores; son las propias universidades las que efectúan la propuesta de becarios, respetando un 50% de los proyectos de investigación en las áreas de interés marcadas por el ministerio y destinando el otro 50% a las áreas específicas de la universidad que lo solicita.8.000 becariosSegún los datos del ministerio, el número de investigado res que disfrutan de becas de la convocatoria de 1992 es de 6.084, con una inversión total de 8.848 millones de pesetas. Si a éstos se suman las ayudas de las comunidades autónomas, algunas universidades, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y fundaciones privadas, el número se eleva a unos 8.000.Según Fernández de Caleya, el nuevo curso supone también el asentamiento de la fórmula del. contrato por obra y servicio para aquellos investigadores que se reincorporan a centros españoles, una vez hecho el doctorado y superado un periodo de varios años de perfeccionamiento en el extranjero. Esta fórmula había sido insistentemente reclamada por los investigadores, que, en la mayoría de los casos, y con edades que rondan los 30 años, consideran una humillación que se les siga considerando becarios. A través de un programa conjunto con el CSIC, se han hecho 300 contratos, que pueden prorrogarse hasta tres años.

"Nos preocupa mucho, además, otro punto", continúa Fernández de Caleya: "La poca absorción que la industria hace de gente formada. De ahí los programas que estamos lanzando de formación en conexión con la industria, y que no han empezado a calar hasta 1992". Estos programas tienen como objetivo hacer el doctorado dentro de las secciones de I + D (investigación + desarrollo) de una empresa; eso sí, siempre con la tutoría de un departamento universitario. Las condiciones económicas son similares a las del resto de investigadores predoctorales en España. Al hacer balance de este programa, que se resuelve mes a mes, Fernández de Caleya indica que son 180 las personas que se han incorporado a lo largo de 1992 a este tipo de investigaciones. Los sectores químico y farmacéutico son los que mejor han respondido.

En la primavera pasada, estos becarios, o personal investigador no en plantilla, comenzaron a organizarse en grupos de protesta contra los retrasos en la convocatoria de becas, la falta de contratos, la desaparición de algunos programas y la progresiva pérdida del poder adquisitivo de estas ayudas.

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